Más de 200 policías acudieron el lunes a controlar el amotinamiento en varios pabellones del penal, ubicado en el distrito de San Juan de Lurigancho, y al cabo de tres horas lograron recuperar el control interno y externo.
El motín dejó ocho presos muertos, por disparos según el parte policial, después de la protesta de los internos por los contagios del COVID-19 que provocaron presuntamente dos decesos.
De acuerdo al reporte, “producto de dicho motín resultaron ocho personas fallecidas“cuyos cadáveres fueron trasladados a la morgue de Lima con diagnóstico presuntivo de muerte el politraumatismo por arma de fuego.
El levantamiento de los cadáveres concluyó a las 2.15 (7.15 GMT) de la madrugada de este martes.
Los internos del penal quemaron colchones alrededor de una rotonda y lanzaron objetos a los agentes penitenciarios y policía desde los techos.
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