Hay mucho trabajo por realizar para que el país logre cumplir con sus obligaciones internacionales y pueda desarraigar actitudes patriarcales enraizadas y estereotipos de género
GINEBRA, SUIZA.- El sistema argentino tiene deficiencias considerables para prevenir la violencia contra las mujeres, advirtió una experta en Derechos Humanos de las Naciones Unidas, quien evaluó la situación en el país.
La relatora especial sobre violencia contra las mujeres, Dubravka Simonovic, que culmina su primera visita oficial a Argentina, manifestó que la violencia todavía es tolerada en ciertas ocasiones en una cultura machista, y que los sistemas para prevenir los ataques no son lo suficientemente funcionales.
Preocupante
Según un informe del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, el feminicidio es un problema en la región.
Según cifras del observatorio mil 903 mujeres fueron asesinadas en 2014 por el hecho de ser mujeres.
La situación más grave se presentó en Honduras, con 631 de estos casos, seguido de Argentina, donde ocurrieron 226 asesinatos.
A pesar de los avances alcanzados, la experta afirmó que hay mucho trabajo por realizar para que Argentina logre cumplir con sus obligaciones internacionales y pueda desarraigar actitudes patriarcales enraizadas y estereotipos de género.
”El Gobierno ahora deberá intensificar su accionar para prevenir y combatir los feminicidios así como otras formas de violencia de género para asegurar los derechos de cada mujer y cada niña a vivir libre de todo tipo de violencia”, afirmó Simonovic.
“Las mujeres que han sido víctimas de violencia se enfrentan a la falta de una implementación sistemática, coherente y efectiva de estándares legales internacionales y federales en todo el país, y esto resulta en diferencias significativas entre las provincias y en distintos niveles de protección para mujeres y niñas”, añadió.
La relatora especial se manifestó particularmente preocupada sobre el Código Procesal Penal federal que establece que el procesamiento de delitos sexuales no sea conducido de oficio, lo cual conlleva a significar y ver a la violencia sexual como un asunto privado.
“Este tipo de regulación envía un mensaje equivocado que nos lleva a pensar que las violaciones y la violencia sexual son un asunto privado y no público”, indicó. “También estoy preocupada porque la definición de violación no se basa en la falta de consentimiento, sino que se relaciona con el uso de la fuerza, lo cual incumple con estándares internacionalmente reconocidos”.
Instó a las autoridades a tomar acciones concretas que incluyan la implementación de la legislación recientemente adoptada sobre protección integral para mujeres, la construcción de refugios adicionales y la creación de servicios completos de apoyo para las víctimas.
Foto: EFE
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