Es natural que a cada nueva crisis que aparece en el mundo le surja diferentes hipótesis, opiniones e interpretaciones por los motivos que le originaron.
No hay duda de que el origen del Covid-19, también ha sido causa de polémica y frustración.
Los expertos y científicos coinciden en que este coronavirus, que pertenece a la generación del virus del SARS, puede considerarse un arma biológica.
Concluyen que si el murciélago es la fuente del virus coronario, como algunos creen, ¿por qué en los países donde la sopa de murciélago es una de las comidas principales, no se había extendido el brote del COVID-19?
De hecho, si los laboratorios estadounidenses llegaran a desarrollar la vacuna efectiva para contener el COVID-19 antes de que los chinos lo consigan.
Es muy probable que la Casa Blanca use el antídoto como una medida de presión contra todos aquellos países que no se encuentran en su ámbito de influencia al tener en su mano el destino de cientos de millones de personas contagiadas que necesitarían de esta vacuna para curarse.
¿Control absoluto?
Sin embargo, algunos científicos descartan la manipulación de laboratorio como potencial origen para el SARS-CoV-2.
Pero advierten que es poco probable que el SARS-CoV-2 haya pasado de los animales a la población humana en su versión actual.
Las pandemias se utilizan reiteradamente para promover un estado de control.
También, se han utilizado para restringir la libertad de la población.
Por ejemplo, el miedo causado por el ántrax de 2001 se utilizó para impulsar la firma de la Ley Patriótica, que fue el primer paso para eliminar muchas de las libertades individuales e instaurar un estado de vigilancia total.
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