Guste más o más o menos, el lenguaje bélico para describir la contienda epidemiológica global se impone en todo el planeta.
Estados Unidos, con 312.000 contagios confirmados de la Covid-19, es ya el país del mundo con más casos.
El virus avanza sin freno por todo el país y desde la Casa Blanca han recurrido a épicas comparaciones, transmitidas por uniformados, para preparar a los estadounidenses de cara a lo que se avecina en los próximos días.
“Esta semana va a ser nuestro momento Pearl Harbor. Va a ser nuestro 11-S, el momento más duro y triste de las vidas de muchos americanos”
Advirtió ayer el director general de Salud Pública, el general Jerome Adams, en varias entrevistas matutinas en televisión.
La evolución del coronavirus ha sido tan rápida o más que en otros países. Las medidas se han adoptado de forma gradual y con desigual intensidad según cada estado.
El virus ha dejado por el momento más de 9.130 defunciones y las cifras siguen en fase de aceleración. Hace una semana perdían la vida como consecuencia del Covid-19 unas 500 personas al día. Sólo este sábado, morían 1.336.
En Nueva York, foco nacional de la epidemia, el total de fallecidos se eleva a 4.159. En el ataque a Pearl Harbor, murieron 2.403 personas. En los atentados terroristas del 2001, 2.996.
Tenemos que entender que, si de verdad queremos aplanar la curva y ponernos por delante, todo el mundo debe hacer su parte.
“El 90% de los americanos lo está haciendo, incluso en los estados donde no tienen orden de quedarse en casa”, afirmó Adams.
Ayer había todavía casi una decena de estados del Medio Oeste y el Sur, en general poco poblados, que no habían ordenado el confinamiento ni el cierre de los negocios no esenciales.
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