La nueva norma fue aprobada la pasada madrugada con el apoyo de 279 diputados del gobernante AKP, el partido islamista del presidente Recep Tayyip Erdogan, y sus aliados.
La ley, propuesta por el AKP, busca aliviar la situación de saturación de las cárceles turcas, que albergan a unas 300.000 personas, pese a tener capacidad para sólo 200.000.
El argumento es reducir el riesgo de contagio por la actual pandemia de coronavirus, que ha contagiado ya a diecisiete prisioneros en cinco cárceles distintas, de los que tres han fallecido.
Aunque el Gobierno tenía planes de mejorar las condiciones en las cárceles desde las elecciones de junio de 2018, la COVID-19 ha acelerado ahora la aplicación de esa medida.
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