Las cebollas son un elemento esencial en todas las cocinas del mundo. Es la base, junto al ajo, de muchísimas preparaciones saladas y un alimento altamente nutritivo.
Por contener glucoquinina, una sustancia que baja el azúcar en sangre, la cebolla es conocida como la “insulina vegetal”.
Estas verduras maravillosas pueden permanecer en un estado óptimo durante treinta días si las conservas en un lugar oscuro, fresco y seco (como en tu horno, por ejemplo, o arriba de una alacena).
En cambio, si cometes el error común de meterlas al refrigerador, corres el riesgo de arruinarlas.
¿Qué debes hacer?
Es por eso que lo más conveniente para guardar una cebolla (sea blanca, roja o morada), es mantenerlas en la bolsa o red en la que te las dieron en un lugar fresco, seco y oscuro.
También, las puedes poner en algún bol en un lugar fresco, seco y ventilado de tu despensa. Así, a temperatura ambiente, las cebollas pueden durarte mucho más, evitas apestar tu refrigerador y no arruinas ninguna de sus propiedades alimenticias.
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