La primera hora transcurrida tras la picadura de una avispa es determinante, ya que el 80 por ciento de las personas alérgicas mueren en ese periodo si no son atendidas.
Lo normal ante una picadura de avispa es que la reacción sea leve -sólo el 3 % de la población es alérgica- y se traduce en una inflamación menor de 10 centímetros, picor, dolor y enrojecimiento.
Ante lo cual la doctora Teresa Alfaya, presidenta del Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC, recomienda aplicar frío local y, si es una reacción muy molesta, corticoides en crema.
Si la inflamación que provoca la picadura es superior a los 10 centímetros, hay que aplicar corticoides en crema y antihistamínicos orales y, si es necesario, corticoides orales.
Si tenemos una relación alérgica generalizada, “que son las peligrosas” y tienen riesgo de muerte, inmediatamente hay que administrar adrenalina.
“Los síntomas de una reacción alérgica generalizada son muy claros” e implican lesiones en la piel, como picor, inflamación, habones y enrojecimiento”
“Pero “en zonas diferentes a donde nos ha picado la avispa” y otros síntomas como falta de respiración, ahogo, mareo, pérdida de conocimiento o diarrea” señala la experta.
En este caso la actuación tiene que ser lo más rápida posible porque “cuanto más grave es una anafilaxia, más rápido es el desenlace”.
Sé el primero en comentar