La mayoría de los senadores brasileños votaron a favor de que avance el juicio político contra la mandataria por “maquillar” las cuentas públicas
CIUDAD DE MÉXICO.- Los días de Dilma Rousseff en el poder están cerca de terminarse.
Una mayoría de los senadores brasileños alistaba ayer votar a favor de que avance el juicio político en contra de la mandataria, suspendida desde mayo pasado, por acusaciones de que maquilló las cuentas públicas en lo que una comisión calificó de “atentado contra la constitución”.
Al cierre de esta edición, 30 de los 51 integrantes de la Cámara alta habían dicho que respaldarían el llamado impeachment y 17 se habían pronunciado en contra. Pero un sondeo del diario local Folha de Sao Paulo levantado antes de la sesión indica que hasta 55 legisladores avalarían el juicio final.
“El resultado de la votación que sostendremos hoy es una decisión a favor de un mejor futuro”, indicó el senador Wilder Morais, del Partido Popular, en un discurso previo a la sesión.
Con el aval a la fase final, el presidente del Tribunal Supremo, Ricardo Lewandowski, preparará un reporte sobre las acusaciones y sus hallazgos serán regresados al pleno del Senado para una decisión final sobre si destituir permanente a Rousseff.
Lewandowski adelantó ayer que esa votación podría darse tan pronto como el 25 de agosto.
Y los pronunciamientos de ayer de los senadores son poco esperanzadores para la Mandataria suspendida, dado que más de 50 dijeron que respaldarán el juicio final. Esa cifra es más que suficiente para la destitución permanente.
Para evitarlo, Rousseff esperaba conseguir el apoyo de al menos 33 senadores, según el diario local O Folha.
La brasileña es acusada de retrasar a propósito el desembolso presupuestal a los bancos públicos por medio de los cuales se costean programas sociales como la versión brasileña de Prospera. Eso forzó a los bancos a temporalmente pagar por los programas.
Es decir, el Gobierno de Rousseff se habría extendido un crédito a sí misma. Aunque ello no está tipificado como un delito penal, lo que usualmente se requiere para un impeachment, los críticos de la brasileña afirman que fue un crimen de responsabilidad y es suficiente para destituirla.
Sus votos también habrían sido influenciados por la situación económica del país sudamericano y un creciente escándalo de corrupción en la paraestatal Petrobras que ha alcanzado a políticos de todos los partidos.
Foto: Agencia Reforma
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