En la tercera jornada consecutiva de protestas violentas, manifestantes indignados por la muerte de George Floyd.
Un afroestadounidense que murió tras ser detenido por la policía, entraron a una comisaría y la prendieron fuego.
Como siempre que se producen estos eventos, periodistas de distintos medios estaban en el lugar para contar lo que sucedía. Muchos, como Omar Jimenez, que es reportero de CNN, lo hacían en vivo.
Lo que no suele suceder es que, en plena cobertura, un profesional sea arrestado.
Eso es lo que le pasó a Jimenez. A las 05.11 hora local (10.11 GMT), dos oficiales se acercaron, le quitaron el micrófono, lo esposaron y se lo llevaron detenido. Todo fue transmitido en directo por la televisión nacional.
Segundos antes, la Policía del estado de Minnesota estaban dispersando a los pocos manifestantes que quedaban en la calle cuando una unidad avanzó sobre Jimenez y el equipo que lo acompañaba.
Ante la arremetida de los agentes, el periodista mantuvo un breve diálogo con ellos.
“Podemos movernos a donde quieran. Estamos saliendo en vivo en este momento, somos cuatro personas. Somos un equipo.”
No se llegó a escuchar la respuesta de los oficiales, pero no parecían estar satisfechos con su explicación.
“Usted está bajo arresto”, le dijo el policía. “Ok”, respondió Jimenez. “¿Podría decirme por qué estoy bajo arresto, señor? ¿Por qué estoy bajo arresto, señor?”
En ese momento, ante la sorpresa de sus colegas que seguían lo que sucedía desde los estudios de CNN, los uniformados lo esposaron y se lo llevaron.
Minutos más tarde, la cuenta oficial de comunicaciones institucionales de CNN publicó un tuit en el que pedía la liberación inmediata del periodista.
“Un reportero de la CNN y su equipo de producción fueron arrestados esta mañana en Minneapolis por hacer su trabajo”
Horas más tarde la cuenta de Twitter de la cadena anunció la liberación de los periodistas.
“Podemos confirmar que Omar Jimenez y el equipo de la CNN, arrestados esta mañana en Minneapolis, han sido liberados”.
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