El pasado lunes volvió a pasar y por tercera noche consecutiva la ciudad de Minneapolis, en el noroeste de Estados Unidos, se ha vuelto a llenar de protestas y violentos enfrentamientos con la policía por la muerte de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años.
Al parecer Floyd, un ex guardia de seguridad, trataba de pagar en una tienda con un billete falso de 20 dólares. Después de rogar por su vida varias veces y gritar que no podía respirar, Floyd quedó inerte en el suelo y murió muy poco después.
“Era un hombre temeroso de Dios, independientemente de lo que había hecho”, dijo su hermana Bridgett Floyd a medios locales.
George Floyd, originario de la ciudad de Houston, se dedicaba en su ciudad natal al baloncesto y fútbol.
También se hizo un nombre en la escena local de hip-hop, donde era más o menos conocido.
Pero al mudarse a Minneapolis empezó una nueva vida con un empleo de guardia de seguridad del restaurante latinoamericano Conga Latin Bistro, en el centro de la ciudad.
En 2017 y principios de 2018, Floyd también había hecho de guardia de seguridad en el refugio para personas sin hogar Harbour Light del Ejército de Salvación, en Minneapolis.
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