CANCÚN, QUINTANA ROO.- A 21 años de distancia, Mario Villanueva Madrid, recapitula, recuerda, habla; “Mira fueron varias las situaciones; de entrada, creo que hubo una animosidad sobre mí por mi relación con Colosio y me lo dijo gente cercana a Colosio, incluso, un día fue a visitarme a mi despacho uno de ellos, porque éramos colosistas y yo tenía la foto de mi amigo Colosio y me dijo ‘baja esa foto de allí porque Zedillo no lo quiere’”.
Don Mario Villanueva fue procesado con base en los “decires” de “testigos protegidos”, e “investigaciones” del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), en un proceso conocido como el “Maxiproceso” que involucró a funcionarios muy cercanos al ex gobernador y algunos otros colaboradores, de los cuales, él es el único que permanece en prisión.
LA ENTREVISTA
Despertó ese 12 de junio en su residencia en Chetumal entre los suyos y desayunó huevos con frijoles que le guisó su hijo Carlos Mario.
Villanueva Madrid, un hombre que fue privado de su libertad cuando las primeras computadoras apenas podían contener en sus memorias unos 540 kib (menos de un megabyte; -ahora, una foto pequeña ocupa más de 3 megabytes-); miró su fotografía desayunando ese manjar de inmediato, se compartió al instante a través de las redes sociales y desde un teléfono.
¿PRESO POLÍTICO?
El ingeniero Mario Villanueva fue un preso político, una víctima de “los caprichos del poder”, pero, una característica que, a decir de él mismo, jamás perdió: un excelente sentido del humor; quizás ello y la esperanza le permitieron llegar a este momento.
Fue la primera entrevista telefónica que ofrece el ingeniero luego de 19 años en la cárcel y 21 en total de no estar en su casa, con su esposa, con sus hijos, su familia.
“Nos Quedamos en Casa” que conducen los periodistas Amir I. Mohamed, José Ramírez y Carlos Calzado, tuvieron el honor de la primera entrevista, vía telefónica, desde su casa.
La pregunta evidente es; ¿quién ordenó su persecución?, ¿por qué lo hizo?, y sobre todo, ¿qué “afrenta” se requiere para condenar a un ex gobernador a permanecer el resto de sus días en la cárcel?
ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, PRESIDENTE
“Cuando fue de campaña (Ernesto Zedillo) a Cancún, me dijeron que se reuniría conmigo en una casa sola y renté una casa por un día en la zona hotelera para recibirlo; ahí le presenté a mi esposa y Carlos Cardín que quería conocerlo y fuimos a platicar junto a la playa”.
“Allí me dijo; ‘Mario, ¿cuál es tu principal proyecto?’, y le dije, mira Ernesto –todavía le hablaba de tu-, ahorita te voy a saludar con la mano así, en forma de saludo, sólo para decirte que en Quintana Roo, no vas a tener ningún problema con tu campaña, pero cuando llegues, te voy a saludar así, y le puse la mano con la palma hacia arriba, para que ayudes a Quintana Roo”.
“’pero Mario, ¿cuál es tu principal proyecto?’, y le dije, la carretera Cancún-Tulum, Ernesto, porque quiero desarrollar el Corredor Cancún-Tulum y la carretera es básica como detonante, para atraer la inversión; ‘cuenta con ella’; ¿cuenta con ella?, pues yo como soy, nomás subió él a la presidencia, agarré mi proyecto y ahí me voy a verlo y nada”.
Entonces, Zedillo dio largas al proyecto discutiendo la forma en que habría de financiarse; pidió alternativas y todas las desechó.
“Una carretera de cuota, pero sin cobro hacia los paisanos, sólo al turismo y a la gente de fuera, ‘no porque no hay libre’; okay, una de cuota con libre, ‘pues no’; luego, una de cuota y que se hiciera la carretera que va de Playa a Leona Vicario que da vuelta a Cancún, que por cierto me dicen que ya está hecha; ‘pues tampoco’ y luego, pues una libre, le digo, completita, pura libre; ‘no porque, pues no’; yo dije ¡me lleva el carajo! –perdón, estoy al aire, ¿verdad?-.
Ante la falta de respuestas y de interés por parte del presidente de la República, el ex gobernador fue a ver a Guillermo Ortiz, entonces secretario de Hacienda (SHCP) de quien reconoce, “tenía espíritu empresarial”, así como a Carlos Ruiz Sacristán, ex secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), a quien también considera empresario; a ambos mostró los planos y expuso la importancia del proyecto como un detonador económico y ambos quedaron interesados en el mismo; un proyecto de desarrollo regional tan importante, del cual subraya Mario Villanueva, “el tiempo nos ha mostrado la verdad”.
El proyecto, de ninguna manera era una ocurrencia o capricho de la administración estatal; el propio Luis Donaldo Colosio, en su carácter de secretario de Desarrollo Social, habría colaborado con el Plan de Ordenamiento de todo el Corredor Cancún-Tulum y aún, el propio Pedro Joaquín Coldwell, hizo lo suyo, permitiendo la transferencia de tierras para el estado, a través del Fidecaribe.
“Y yo ya había creado el municipio de Solidaridad; porque no era posible hacer el desarrollo del corredor Cancún-Tulum y que la gente tuviera que ir a hacer sus trámites a Cozumel, no era práctico, además, crear el municipio era una demanda de la ciudadanía de allí; pero yo lo creé como un instrumento administrativo y político para el corredor Cancún-Tulum.
Ese proyecto, el del corredor, Ernesto Zedillo lo paró dos meses, a decir de Mario Villanueva, “¿por qué?, pues nomás por… mañoso”
EL PROBLEMA DE ORIGEN
“Viene mi hijo Mario que estudiaba para abogado en La Salle en México; papá, me dice, ya no tienes que mantenerme, ya tengo trabajo; ¿quihubo?, le dije, ¿pus en qué trabajas?; mira, me dice, y me saca una tarjeta con el nombramiento de director de proyectos de la zona sur del país.
¡Ah chihuahua!, le dije, ¿y esto de qué es hijo?; y me dice, el hermano del presidente, Luis Eduardo Zedillo y su primo que también se llama Ernesto Zedillo, crearon una empresa de proyectos y me invitaron para trabajar con ellos; oye hijo, tú tienes que estudiar, tú qué vas a andar por todo el sur promoviendo…
No papá, me dijo, la primera encomienda que tengo, es pedirte una audiencia a ti, para ellos; ¡ah chingá!, le dije, me empezó a brincar porque, ¿qué trabajo les costaba levantar el teléfono y hablarme?, ‘oiga gobernador lo queremos ver’ y pues, aquí hay algo”, se dijo.
“Entonces le dije, mira hijo, ¿cómo les voy a dar una cita aquí?, vamos a verlos, háblales y diles que voy a verlos contigo, yo dije -como dice el dicho-, voy a ver de una vez, qué armas portan.
Tenían una oficina ahí en Insurgentes Sur y allí me dijeron, luego de que rompimos el hielo, ‘mira Mario; queremos hacer todos tus principales proyectos’, y me pegaron una alegrada… la familia del presidente quiere hacer los proyectos del estado, pues ahí viene la lana…
Entonces les dije cuáles eran los principales proyectos; la carretera Cancún-Tulum, agua potable y drenaje en Cancún, una planta de tratamiento de agua potable en Cancún, drenaje y tratamiento de aguas de Chetumal, drenaje de Bacalar, etcétera; ah y quería un hospital en Cancún, pero privado de tercer nivel para la atención del turismo extranjero que les diera confianza a los extranjeros.
Entonces vienen aquí a visitarme y me dicen que están listos, que ellos harían los proyectos y los ejecutarían y me darían mi mochada; que el dinero para echarlos a andar era de una línea de financiamiento, “La Línea del Rey” que era dinero de España y que desde la Comunidad Europea a través de un banco español que ya no recuerdo si era Santander o cuál otro; que incluso si yo quería el hospital, había 11 millones de dólares que tenía el gobierno de Querétaro con el gobernador Enrique Burgos y que tenía allí el dinero porque ya no lo iba a usar.
Entonces me invitan a ir a Madrid para ir a ver proyectos de agua potable porque lo prioritario para mí era el agua potable y drenaje, saneamiento de aguas residuales de Cancún, yo fui con algunos empresarios, como Pancho Córdova y fuimos a Madrid, nos mandaron a un hotel Meliá”.
EL AMARGO “NO” PARA LOS ESPAÑOLES Y LOS ZEDILLO
Al ingeniero Villanueva lo tuvieron mostrándole cómo trabajan las tecnologías para generar energéticos de la basura, cómo tratar el agua residual para potabilizarla, entre otros y al tercer día, pretendieron “cerrar el negocio”.
“Al tercer día me llevan a una casa muy grande de una sola planta y a la entrada una banderota de España y otra de México, muy protocolario, allí en una sala muy grande con una mesa oval, luego de presentarme con todos, me presentan con el director de una empresa denominada Dragados y Construcción que era la empresa más grande de España, que es como nuestra ICA y también tenía injerencia en el banco que nos iba a financiar como alto ejecutivo.
Allí me presentan un documento para que yo lo firme y yo pregunto, ¿y éste qué es?; me dice es el documento de crédito, gobernador, para que quede comprometido el crédito para el agua potable de Cancún, me acuerdo que eran como 53 o 57 millones; lo leo, lo hojeo y le digo, sólo que aquí tenemos un problema, los gobernadores de los estados en México no tenemos facultades para firmar créditos en el extranjero, tendría que ser el gobierno federal.
Me dijo; es que nos dijo el señor Zedillo…; disculpe, le dije, es que a mí ni siquiera me dijo que venía a firmar un documento; se incomodó y me pidió que habláramos a solas”.
Ya solos, el funcionario español le extendió otro documento, en este caso se trataba de una carta de intención por el crédito que representaba el mismo monto, es decir, más de 50 millones de dólares y Mario Villanueva le hizo ver que se trataba exactamente de lo mismo, que como gobernador no estaría facultado para firmar.
En la entrevista, Mario Villanueva habla de cómo el funcionario español se sentía incómodo y luego recapacita: “estaba incómodo… yo diría más bien que estaba encabronado”.
Un detalle que le pareció un tanto “vulgar” al ex gobernador, es que cuando lo instalaron en el hotel Meliá en Madrid, a la hora de mandar su tarjeta para que se abriera el boucher, el empleado le dijo que alguien habría dejado otra tarjeta para atender el tema de los gastos; pero cuando regresó del incómodo encuentro con el funcionario español, el empleado del hotel se apresuró a localizarlo, para pedirle su tarjeta.
Con este tipo de estrategias, la familia de Ernesto Zedillo Ponce de León pretendió entronarse y hacer un ejercicio igual al que años después hicieran los hijos de Martha Sahagún de Fox; sólo que no contaron con la capacidad de análisis del entonces gobernador de Quintana Roo.
EPÍLOGO
La familia de Ernesto Zedillo Ponce de León, no sólo se hizo famosa en Quintana Roo por sus ansias de apoderarse de todo aquello que representara un negocio; también son incómodamente recordados por sus escándalos protagonizados por los hijos del ex presidente en negocios como “Cocobongo”.
Los negocios de las familias de los presidentes de México en los estados “redituables”, es una que perduró aún hasta el sexenio de Enrique Peña Nieto; lo que faltó desde entonces, fue otro gobernador que tuviera la capacidad de decirles “No”, aun a pesar de su propia libertad.
Sé el primero en comentar