La presidenta brasileña ya está oficialmente imputada por atentar contra la constitución y maquillar cuentas públicas
BRASILIA, Brasil.- Dilma Rousseff es, oficialmente, una Mandataria imputada, y está en el precipicio de la destitución.
Tras casi 15 horas de debate, el Senado brasileño aprobó avanzar a la última fase del juicio político contra la presidenta, suspendida desde mayo, por presuntos delitos fiscales.
Además, el apoyo a la presentación de cargos contra Rousseff sumó suficientes votos -59 sufragaron a favor y 21 en contra- como para que sea prácticamente irreversible su destitución permanente cuando se lleve a cabo el juicio final.
Son necesarios sólo 54 votos para impulsar la salida de la brasileña cuando culmine el llamado impeachment a finales de este mes. La fecha tentativa para que arranque el debate en el Senado es el 24 de agosto y la sesión podría durar hasta cinco días.
“Nadie puede cometer delitos con impunidad”, afirmó el senador Aécio Neves.
VOTOS
59 a favor
21 en contra
Acusada de “atentar contra la constitución” y cometer un crimen de responsabilidad por maquillar las cuentas públicas, Rousseff sería la primera Presidenta brasileña despojada del cargo desde el regreso a la democracia, en 1986. El ex Mandatario Fernando Color di Mello también fue sometido a impeachment, pero renunció antes de que avanzara el proceso.
El ex Ministro de Justicia y encargado de la defensa de Rousseff, José Antonio Cardozo, aseguró que todavía podrían revertir el resultado y prevenir lo que los partidarios de la brasileña han calificado de golpe de Estado “suave”.
“No es fácil, pero no creo que sea un resultado imposible de revertir”, indicó Cardozo al diario O Globo.
Rousseff también tiene planeado apelar al Senado y a todos los brasileños por medio de una carta que divulgará en los próximos días, según medios locales.
Con el fin de atraer apoyo, incluso acordó ayer quitar de la misiva cualquier mención a un “golpe” para no alienar a los parlamentarios.
Aunque la carta podría no rendirle frutos, ya que antes de la votación del martes intentó convencer a varios senadores y, en vez de lograrlo, terminó perdiendo apoyo. Rose de Freitas, una de las legisladoras opositoras que habían rechazado el impeachment en mayo respaldó ayer la imputación.
Los partidarios de Rousseff, asimismo, acudieron ayer ante la OEA en un intento de frenar el proceso.
Tres diputados y un senador del Partido de los Trabajadores (PT) presentaron una solicitud de medida cautelar y una denuncia violación del debido proceso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Foto: Agencia Reforma
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