Ante la dificultad que tienen muchos padres de familia para pagar colegiaturas en escuelas privadas, se estima que la reducción de alumnos que sufrirán a nivel básico y medio superior podría llegar a 35 por ciento.
Durante la emergencia sanitaria la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha recibido 307 quejas sobre ese servicio.
Las primeras fueron por condicionar el pago para hacer exámenes, por no cumplir con las horas de clase e incrementar cuotas.
Mientras las más recientes se dieron por la negativa de devolver la inscripción o reinscripción a los padres que decidieron ya no tener a sus vástagos en esos planteles.
La situación de los planteles privados tiende a agravarse tras el anuncio de cómo será el siguiente ciclo escolar.
“Los padres están sacando a sus hijos porque las clases serán por televisión, nos están diciendo que no hay motivos para pagar si no van a ser presenciales y están optando por inscribirlos en escuelas públicas”.
Los planteles públicos tendrán una saturación que repercutirá más en la calidad educativa, situación advertida ya por especialistas.
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