Una banda de hackers mexicanos, expertos venezolanos en delitos cibernéticos, asaltantes de Nuevo León y hasta la líder de un cártel en Quintana Roo figuran entre los socios de la llamada mafia rumana liderada por Florian Tudor El Tiburón, quien creó alianzas criminales para mantener sus operaciones en México y facilitar la clonación de tarjetas, el hackeo de cajeros automáticos y el lavado de dinero.
De acuerdo con el reporte de inteligencia del gabinete de seguridad federal y del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés) que MILENIO reveló el lunes pasado, las redes criminales de El Tiburón se extendieron a hackers y bandas delictivas de distintos estados del país y el extranjero.
Entre los hackers mexicanos que ayudaron a la mafia rumana a cometer robos millonarios se encuentran los integrantes del grupo criminal conocido como Bandidos Revolution Team, desarticulado en 2019 en León, Guanajuato, cuando su líder, Héctor Ortiz Solares, El H-1, fue capturado.
A esta banda se le atribuye el robo de más de 400 millones de pesos cometido contra instituciones financieras como Banorte, Inbursa y Kuspit, mediante ciberataques al Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI).
De acuerdo con el reporte de inteligencia del gabinete de seguridad federal, Tudor también forjó alianzas con al menos tres hackers venezolanos: Elio Yoel Moreno González, José Alejandro Osario Echegaray e Isaac Rafael Jorge Romero.
A ellos se les identifica como los encargados de generar el método con el que la mafia rumana liderada por El Tiburón sustraía millones de pesos de cajeros automáticos en pocas horas y con unas cuantas tarjetas bancarias clonadas, como hicieron en 2017, cuando robaron 150 millones de pesos de cajeros de BBVA Bancomer en sólo 24 horas.
Entre las redes criminales de los rumanos, las autoridades mexicanas y estadunidenses detectaron que la banda rumana se asoció también con Leticia Rodríguez Lara , mejor conocida como Doña Lety e identificada como lideresa del Cártel Pacífico en Cancún, detenida en agosto de 2017.
Fuentes de primer nivel con conocimiento del caso revelaron a MILENIO que El Tiburón y Doña Lety tenían una relación de negocios y además eran compadres. Su alianza les permitió mantener operaciones en la zona turística de Cancún y la Riviera Maya, sin rivalidad.
Las investigaciones han determinado que Florian Tudor almacenó dos mil tarjetas en dos cajas de seguridad de la empresa First National Security, en la Plaza Américas de Cancún, Quintana Roo.
En noviembre de 2017, las cajas de seguridad de esta compañía fueron incautadas y aseguradas por la entonces Procuraduría General de la República, debido a que se descubrió que eran utilizadas por una red criminal de narcotraficantes y narcomenudistas relacionados con Doña Lety y su hijo Rafael, El Dover, socios de El Tiburón.
Las dos mil tarjetas encontradas en esas cajas de seguridad, que nadie reclamó, tenían logotipos de tiendas de autoservicio y departamentales, así como de bancos nacionales. No tenían número ni nombre del titular, pues eran utilizadas para simular plásticos auténticos, usurpando identidades y saqueando cajeros automáticos.
A estas tarjetas sólo les colocaban la banda magnética que contenía la información necesaria para que el cajero la detectara como válida e ingresando el NIP realizaban los retiros ilegales. Las tarjetas encontradas en esas cajas de seguridad llevaban etiquetas pegadas con los respectivos NIPs, es decir, estaban listas para usarse.
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