La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) anunció que un tormenta solar golpeará la Tierra entre el martes 23 y el miércoles 24 de febrero.
Esta previsión se da luego de que se registró una llamarada solar en dirección a la Tierra, la cual, luego de viajar por el espacio, interactuaría con el campo magnético del planeta, sin que esto represente un riesgo para la vida o para las telecomunicaciones.
Eso sí, existe la posibilidad de que la tormenta geomagnética genere auroras boreales en las regiones cercanas al circulo polar ártico, incluso en Canadá.
AURORAS BOREALES
Estas auroras responden a las interacciones que se dan entre las partículas cargadas energéticamente que vienen del Sol con las que componen el campo magnético, que actúa como un escudo protector de la Tierra.
El astrofísico solar Santiago Vargas explica que el Sol sigue mostrando algunos signos de actividad asociada con su entrada en el ciclo solar 25, la cual esta directamente relacionada con las condiciones meteorológicas del espacio, o clima espacial.
EYECCIÓN SOLAR
El pasado sábado 20 de febrero se produjo una eyección de masa coronal en el Sol; se trata de una emisión de plasma solar (partículas cargadas) y campo magnético.
La nube magnetizada golpeará a la Tierra, encontrándose con el principal escudo protector de nuestro planeta, la magnetósfera, para generar lo que se conoce como una tormenta geomagnética, afirma Vargas.
En este caso se espera que la tormenta que debe ocurrir hoy o mañana sea leve (G1). La escala, que va de G1 a G5, abarca desde los eventos más débiles hasta los más extremos, según el experto.
DESCARTAN RIESGO A LA POBLACIÓN
Aunque no hay riesgo de que se sufran consecuencias nefastas, como las que podrían ocurrir con un evento extremo, sí se pueden esperar fluctuaciones en redes eléctricas y sistemas de navegación GPS, e incluso afectaciones menores en satélites.
Los cazadores de auroras se preparan para una jornada de intensas ‘luces del norte’ como también se les conoce, principalmente en las zonas polares del planeta, apunta Vargas.
El viento solar cuando llega a la tierra también puede provocar sismos y erupciones volcánicas estar atentos amigos.
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