CIUDAD DE MÉXICO.- Matías Alanís Álvarez nació con una parálisis cerebral que le impide controlar sus movimientos, además de provocarle una severa miopía que lo ha llevado a padecer debilidad visual. Sin embargo, su condición no le impidió inscribirse y graduarse con mención honorífica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El joven mexicano entendió que las barreras están en la mente y no en el cuerpo. Realizó su examen de admisión a la UNAM y, desde su computadora ubicada en su casa en Guadalajara, Jalisco, completó en tiempo récord las materias del programa de Ciencias Políticas y Administración Pública.
Su condición física le causa dificultades para hablar y moverse, sin embargo, Alanís Álvarez se impuso a la adversidad y se graduó con mención honorífica de la máxima casa de estudios del país.
El joven formó parte de un programa de inclusión académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), el cual le otorgó recursos para la instalación de dos softwares en su computadora y silla de ruedas.
Patricia Alanís Álvarez, madre del Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, colaboró con la escritura de la tesis “Los mecanismos de preservación del sistema político mexicano”, la cual presentó frente al jurado en un examen profesional y permitió que el muchacho se graduara con honores.
Su trabajo de titulación plantea “que en el marco jurídico mexicano se deben incluir más normas que garanticen la libertad de expresión absoluta”.
¿POR QUÉ ELIGIÓ SER POLITÓLOGO?
Matías Álvarez eligió ser politólogo porque desde muy pequeño le parecieron interesantes los asuntos de la vida pública.
La carrera no fue sencilla, pues necesitó en todo momento de la ayuda de su madre para leer los textos. Además, se enfrentó a materias que se le dificultan, como matemáticas y filosofía.
El sistema que le proporcionó la FCPyS ayudó a que escribiera ensayos y resolviera cuestionarios que recibía de manera digital.
Su mamá nunca lo abandonó. Ella les dio forma a los textos y los hizo llegar. “Yo me quedé en el camino, pues no terminé la carrera, pero él siempre tuvo una gran determinación para terminar la tesis y graduarse”, dijo en entrevista para Boletín UNAM.
“En las familias siempre hay una red de apoyo que estimula a los más jóvenes, y éstos van siguiendo el ejemplo de los más grandes. No importa si fuera Ciencias Políticas o Ingeniería, él iba a estudiar, y de eso no me queda la menor duda”, agregó Patricia.
El título de Licenciado no es el techo para Matías Álvarez. El joven de 27 años ya piensa iniciar y concluir una maestría en la misma Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de donde egresó.
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