El detector de partículas más remoto de la tierra ha ubicado la partícula de antimateria más enérgica de la historia.
Se trata de una partícula ultraligera que chocó contra el hielo antártico con la energía de 6 mil 300 mosquitos voladores.
Este evento fue predicho en 1960, pero nunca antes visto en el mundo real.
La colisión ocurrió en 2016, pero los investigadores solo confirmaron los detalles del evento el 10 de marzo 2021 en un artículo publicado en la revista Nature.
Este antineutrino, una contraparte de antimateria de las partículas tenues y difíciles de detectar conocidas como neutrino, chocó con un electrón en algún lugar del hielo de la Antártida a casi la velocidad de la luz.
PARTÍCULAS DETECTADAS
Esa colisión creó una lluvia de partículas detectadas por el Observatorio de Neutrinos IceCube enterrado. Esta es una instalación responsable de gran parte de la importante investigación de neutrinos de alta energía de la última década.
Ahora, los físicos de IceCube informan que esa lluvia de partículas incluyó evidencia de un evento teorizado desde hace mucho tiempo pero nunca antes visto conocido como “resonancia de Glashow”.
El físico Stephen Glashow, entonces investigador de posgrado en el Instituto Nórdico de Física Teórica en Dinamarca. Predijo que cuando un antineutrino de energía suficientemente alta colisionara con un electrón, produciría una partícula pesada de corta duración conocida como un Bosón W.
La predicción de Glashow se basó en las reglas fundamentales del modelo estándar de física de partículas, una teoría que domina cómo los investigadores entienden todo, desde el interior de los átomos hasta la luz y la antimateria.
La detección de la resonancia de Glashow es una poderosa confirmación del modelo estándar. Pero requiere que el neutrino transporte mucha más energía de la que cualquier acelerador de partículas de 1960 – o 2021 – puede producir: 6,3 petaelectronvoltios (PeV).
Por lo general, es difícil comprender los números involucrados en las partículas de alta energía. Un solo neutrino tiene una masa de alrededor de 2 billones de billones de billones de billonésimas de gramo, y miles de neutrinos de baja energía del sol pasan a través de su cuerpo cada segundo del día sin efectos notables. Un neutrino con 6,3 petaelectronvoltios (PeV) de energía es otra bestia por completo.
Dada la enorme energía requerida, nadie esperaba detectar la resonancia de Glashow usando solo herramientas humanas.
EL BASÓN W
Pero IceCube, que detecta partículas que caen del cielo, recibe ayuda del vasto universo. La partícula que chocó contra el hielo en 2016 produjo una lluvia característica de partículas que, según los investigadores, provienen de un bosón W en descomposición, que es una partícula fundamental que, junto con el bosón Z, se cree que es responsable de la fuerza débil. Y ese es el signo revelador de un antineutrino de 6.3-PeV y la resonancia de Glashow.
Los investigadores aún no están seguros de qué acelerador cósmico produjo la monstruosa mancha de antimateria, pero dijeron que más eventos deberían ayudarlos a refinar sus modelos de los cánones espaciales naturales que producen partículas tan extremas y las disparan a la Tierra.
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