Luego del cambio en el gobierno de Estados Unidos con la salida de Donald Trump y la llegada de Joe Biden, también comenzaron las modificaciones en la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés).
La agencia antinarcóticos abrió tres vacantes para puestos de inteligencia en México y está en busca de un analista de programas y dos supervisores especialistas en investigación de inteligencia.
Las vacantes se abrieron a principios de marzo, luego de que a finales de enero trascendiera que 40 de los 50 agentes que formalmente operan en México abandonaron el país, en un cambio abrupto que, generalmente, se da de manera gradual tras el cambio de riendas en la Casa Blanca.
También en enero, a vísperas de la toma de posesión de Biden, el presidente Andrés Manuel López Obrador se lanzó contra la actuación de los agentes de la DEA en México.
El mandatario aseguró en esa ocasión estar decepcionado del trabajo de la DEA en respuesta a lo señalado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos que se dijo “profundamente decepcionado” de México por la decisión de cerrar el caso del ex secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos.
Es decir, los tres agentes que se aventuren a venir a México tendrán que trabajar con un entorno político que no había estado tan tenso desde el secuestro, tortura y asesinato del agente especial Enrique Kiki Camarena en 1985.
Estos tres agentes de la DEA, una vez que lleguen al país, se espera que bajo la recién aprobada Ley de Seguridad Nacional se registren ante las autoridades mexicanas y, periódicamente, informen sobre sus actividades de inteligencia antinarcóticos en México.
De acuerdo con la información revelada por la agencia los supervisores, de ser elegidos, se integrarán al llamado Grupo de Inteligencia de la Región 1 donde se incluye a México. El sueldo que ofrecen para cada uno va del millón 947 mil pesos a los 2 millones 531 pesos al año, o sea entre 162 mil 255 y 210 mil 928 pesos mensuales.
Entre otras funciones, los dos seleccionados a los que se les pide hablar español, deberán planificar y dirigir las actividades del personal asignado en nuestro país en la recopilación, evaluación, producción y difusión de información de inteligencia sobre la aplicación de la ley de drogas en su país.
También se espera que, al menos por tres años tras su llegada, supervisen y planifiquen las operaciones de “un programa de inteligencia con implicaciones mundiales”, además de iniciar, planificar y evaluar programas, procedimientos y políticas de investigación y análisis amplios y completos, de acuerdo con la vacante.
Los dos nuevos supervisores que tienen hasta el próximo lunes para aplicar a la vacante, deberán evaluar desarrollos imprevistos, nuevos fenómenos y dificultades encontradas, en su combate a los principales cárteles en México que, de acuerdo con la propia DEA, son el cártel de Sinaloa y el cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El puesto, con dos vacantes en México, está disponible para empleados de la DEA únicamente. Entre algunos de los requisitos para el puesto está que pasen un examen físico impuesto por el Departamento de Estado y una prueba de polígrafo.
Además de poder obtener y mantener una autorización de seguridad de nivel “ultra secreto” desde Washington y pasar una prueba de consumo de drogas.
Algunos trabajos en el gobierno estadunidense requieren una autorización de seguridad. El nivel de autorización de seguridad depende del tipo de acceso que tengan a la información clasificada y las instalaciones seguras que necesitará para realizar su trabajo. Para trabajos que requieren una autorización de seguridad, los interesados deben proporcionar al menos 10 años de información personal y tal vez más, de acuerdo con la Oficina de Administración de Personal de aquel país.
Los dos supervisores del equipo de espías antinarcóticos, de aceptar el reto ofrecido por la DEA, deberán preparar y presentar sesiones informativas a representantes de las fuerzas del orden público locales, estatales y federales de alto nivel así como a dignatarios extranjeros “con respecto a cuestiones difíciles, complejas y controvertidas del tráfico de drogas”.
Por su parte, el puesto de analista ofrece entre un millón 385 pesos a 2 millones 142 mil pesos anuales, es decir, un sueldo de entre 115 mil 469 pesos y 178 mil 500 pesos al mes.
El analista de inteligencia que se anime a venir a México para combatir al narcotráfico, debe cumplir con algunos requisitos como ser ciudadano estadunidense además de poder obtener y mantener una autorización de seguridad, también de nivel “ultra secreto”.
De ser aceptados en el puesto, al que se pueden postular únicamente empleados de la DEA hasta el próximo 22 de marzo, se espera que realicen evaluaciones y análisis continuos así como realizar una planificación y un análisis a largo plazo de los nuevos programas de inteligencia para combatir el tráfico ilegal de drogas desde México.
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