CANCÚN, Q. ROO.- El panteón municipal Los Olivos, de la ciudad de Cancún, sigue representando un riesgo inminente para las familias que lo visitan a diario, particularmente, los fines de semana.
Elevada vegetación, basureros por todos lados, tumbas abiertas con restos humanos a la intemperie, pequeños espacios para caminar, fétidos olores, exceso de insectos y bichos peligrosos, son algunos de los grandes problemas con los que se encuentran los visitantes.
“Es increíble que nadie pueda hacer algo por este panteón. Tiene más de 10 años que enterré a mi hija, y te puedo asegurar que desde aquél entonces este lugar está en estas condiciones, gracias a las malas autoridades municipales que nos han tocado, y ahora con Remberto Estrada es exactamente lo mismo”, fue la queja de don Ricardo.
Este popular camposanto ubicado en la Región 99, no solamente no ha recibido mantenimiento en mucho tiempo, sino que está en peores condiciones de como se lo presentamos hace algunos meses en esta plataforma de noticias, cuando le mostramos cráneos y restos humanos.
Y es que ahora, el panteón más grande y aterrador del municipio Benito Juárez ya cuenta con un peligroso cementerio de ataúdes viejos; es una sucia y apartada zona a la que van a parar oxidados sarcófagos inservibles que son desechados por los mismos empleados municipales.
Este riesgoso punto que resguarda gran cantidad de chatarra y deshechos de todo tipo se localiza entre elevada maleza, al costado derecho y al fondo de las instalaciones, atrás de la cancha de futbol del deportivo de la región.
“Ahora agarraron de basurero este lugar, aquí vienen a tirar todos los cajones viejos que ya no sirven, y nos vinieron a afectar a todos los que tenemos a nuestros familiares en esta zona. Que no chinguen”, dijo bastante molesta doña Flora Esperanza.
“Ahora resulta que hasta la inseguridad que se vive en la ciudad nos va a impedir visitar a nuestros difuntos. Yo iba a venir la semana pasada a ver a mi hijo con motivo de su cumpleaños, pero fue cuando apareció un narco-mensaje en la puerta del panteón; preferí no venir, y mejor me esperé hasta hoy”, señaló atemorizada doña Ana Bella.
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