La administración de Joe Biden está bajo presión para resolver un misterio que ha inquietado a sus predecesores: ¿Un adversario está usando un arma de microondas o de ondas de radio para atacar los cerebros de diplomáticos, espías y personal militar de Estados Unidos?
El número de casos reportados de posibles ataques está aumentando drásticamente y legisladores de ambos partidos; así como los afectados, están exigiendo respuestas.
Los científicos y funcionarios aún no están seguros de quién podría estar detrás de los ataques; si los síntomas fueron causados inadvertidamente por equipo de vigilancia o si los incidentes fueron en realidad ataques.
La conclusión de las investigaciones oficiales podría tener enormes consecuencias e incluso desencadenar llamados a una respuesta contundente por parte de EU.
Por ahora, el gobierno está garantizando que se toma el asunto en serio, que está investigando agresivamente y se asegurará de que los afectados tengan una buena atención médica.
El problema se conoce como el ‘Síndrome de La Habana’, porque los primeros casos afectaron al personal de la embajada de Estados Unidos en Cuba en 2016.
Al menos 130 casos en todo el gobierno están ahora bajo investigación, en comparación con varias docenas del año pasado, según un funcionario del Pentágono que no está autorizado a hablar del caso públicamente.
El Consejo de Seguridad Nacional lidera la investigación
Las personas afectadas han reportado dolores de cabeza, mareos y síntomas consistentes con conmociones cerebrales; algunos de los cuales requieren meses de tratamiento médico.
Algunos dicen haber escuchado un ruido fuerte antes de la aparición repentina de los síntomas.
Particularmente alarmantes son las revelaciones de al menos dos posibles incidentes en el área de Washington, incluido un caso cerca de la Casa Blanca en noviembre donde un funcionario reportó sentir mareos.
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