Un niño de 12 años murió a causa del virus Nipah, proveniente de los murciélagos, en Kerala (India). Según las autoridades del estado indio, otras veinte personas que pudieron haber interactuado con los fallecidos están bajo observación mientras los cercanos distritos de Kozhikode, Malappuram y Kannur fueron puestos en alerta máxima.
El virus Nipah (NiV) se transmite por la saliva de los murciélagos frugívoros, es altamente contagioso y causa inflamación cerebral fatal o enfermedad respiratoria en humanos. El primer brote reconocido del letal virus se registró en las granjas de cerdos de Malasia a finales de la década de 1990. En India, se notificaron brotes de Nipah en el estado de Bengala Occidental en 2001 y 2007 y dos veces en Kerala, en 2018 y 2019.
Las autoridades sanitarias dijeron que el niño ingresó al hospital con fiebre muy alta y murió cuatro días después. Desde entonces se identificaron 188 contactos del fallecido y se marcó a 20 de ellos como “de alto riesgo”, tras lo cual fueron aislados en la Facultad de Medicina de Kozhikode. Dos de estos contactos de alto riesgo presentan síntomas y son trabajadores de la salud.
¿Qué es el virus Nipah y cuáles son sus síntomas?
El virus Nipah es una enfermedad de reciente aparición que puede transmitirse desde su huésped natural, el murciélago frugívoro, tanto a los animales como a los seres humanos. Toma su nombre de Sungai Nipah, la aldea de Malasia donde fue identificado por primera vez en 1998. Un brote entre cerdos dejó aproximadamente 300 personas infectadas y más de 100 personas muertas en un año. En un intento por detener el brote, millones de cerdos fueron sacrificados, lo que resultó en una enorme pérdida comercial para Malasia en ese momento.
La infección puede resultar en una inflamación agresiva del cerebro, llamada encefalitis. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., El período de incubación se extiende de cinco a 14 días, y los primeros signos de infección aparecen después de tres a 14 días. Los síntomas iniciales incluyen fiebre, vómitos y fuertes dolores de cabeza, y algunos pacientes experimentan síndrome respiratorio agudo. Estos síntomas iniciales van seguidos de desorientación, somnolencia y confusión mental. En uno o dos días, la enfermedad puede resultar en coma y muerte. El virus Nipah tiene una tasa de letalidad del 70 por ciento.
¿Cómo se transmite el virus Nipah?
Brotes recientes mostraron que el Nipah se transmite a través del contacto directo con humanos infectados o animales domésticos, como bovinos, cerdos y vacas. También se transmite por el consumo de frutas contaminadas. En 2004, se produjo un brote del virus Nipah en Bangladesh cuando la gente bebió savia cruda de palmera datilera. La investigación sobre este brote reveló que la fruta había sido contaminada con saliva y orina de murciélago.
Se cree que el reciente brote en Kerala también fue causado por murciélagos muertos encontrados en un pozo de la casa de una familia en el pueblo de Changaroth. Según los informes, la infección se propagó entre los miembros de la familia y se transmitió a otras personas que habían estado en contacto con la familia.
Los murciélagos, clave en la transmisión de virus a humanos
Los murciélagos desempeñan un papel clave de reservorio para un gran número de virus que afectan a los seres humanos, y los albergan sin enfermarse ellos mismos, coinciden los expertos. Algunos son conocidos desde hace mucho tiempo, como el virus de la rabia, pero muchos surgieron en estos últimos años, como el Ébola, el coronavirus del SRAS, el SARS-CoV-2 (Covid-19) y Nipah.
Los murciélagos “han sido siempre buenos reservorios para muchos virus, pero antes teníamos muy poco contacto” con estas especies, explicó Eric Fèvre, profesor de enfermedades infecciosas veterinarias en la Universidad de Liverpool (Reino Unido) y en el International Livestock Research Institute (Kenia). La reducción de selvas tropicales por el avance de las ciudades y las superficies cultivadas, combinada con los efectos del cambio climático, acercan estos animales a zonas habitadas y los empujan a “interactuar cada vez más con las poblaciones humanas” y transmitirle sus enfermedades, afirma.
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