Cuando no recuerdas ni el nombre de tu clienta, se te va el tiempo y entonces le agregas al ticket lo primero que viene a tu mente: glúteos grandes.
Seguramente la mujer sí tenía un trasero voluminoso, pero cuando notó que entre los empleados la llamaban así, al grado de colocarle ese seudónimo en el ticket, se sintió de lo más ofendida.
Sí, de inmediato pensó que era víctima de discriminación injusta, arbitraria y lesiva, e interpretó que fue calificada de obesa, así que presentó una demanda.
El fallo fue dictado por la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de los Tribunales de Rosario, Argentina, contra el supermercado Coto.
La Cámara confirmó la resolución de primera instancia, que condenó a la empresa a pagarle 40 mil pesos a la señora de 43 años por desplegar conductas que “colocan a los consumidores en situaciones intimidatorias”.
Fuente: SDP Noticias
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