James Green ha dejado de ser el jefe científico de la NASA este mismo sábado. De los 40 años que lleva trabajando en la agencia espacial americana, 12 de ellos ha estado al cargo de su división de ciencia planetaria y los últimos tres ha sido el responsable de marcar el camino de sus misiones científicas. Ahora sigue investigando y, tras proponer un método para hacer Marte habitable, está preparando un nuevo estudio en el que desgrana su plan para hacerlo también en Venus.
El Dr. Green ha publicado más de 100 artículos científicos durante su carrera. Entre los trabajos que más repercusión han tenido están sus estudios sobre el campo magnético terrestre, su escala de confianza en la detección de vida extraterrestre (CoLD) o el impulso a las misiones en busca de vida alienígena, como la que está prevista en 2024 para explorar Europa, la luna de Júpiter.
El “plan b” de la NASA
Otra de sus propuestas más populares es su plan para terraformar Marte. Aunque no todos los científicos están de acuerdo con que sea una buena idea. Algunos no creen siquiera que sea posible hacerlo, mientras que otros esgrimen argumentos éticos como que la intervención humana acabaría con la posible vida que pueda haber.
La propuesta de Green consiste en colocar un gigantesco escudo magnético entre el planeta rojo y el Sol que evite que la radiación solar siga impidiendo la formación de la atmósfera. Esto provocaría que el planeta pudiera atrapar más calor y lo haría más habitable para los humanos.
“Sí, es factible”, asegura Green en una entrevista para el ‘New York Times’. “Si se detiene la extracción, la presión va a aumentar. Marte va a empezar a terraformarse a sí mismo. Eso es lo que queremos: que el planeta participe en esto como pueda. Cuando la presión aumenta, la temperatura aumenta”.
Para llegar al primer nivel de terraformación, asegura Green, es necesario alcanzar 60 milibares de presión, 10 veces más que la actual. “Eso se llama el límite de Armstrong, donde no te hierve la sangre si sales a la superficie. Si no necesitaras un traje espacial, podrías tener mucha más flexibilidad y movilidad”, sostiene Green. “La temperatura y la presión más elevadas te permiten iniciar el proceso de cultivo de plantas en el suelo”.
Ahora, el investigador está trabajando en un nuevo artículo en el que propone un plan que, según él, haría posible terraformar también Venus. Este planeta, a pesar de no ser el que está más cerca del Sol, es el más caluroso de nuestro sistema solar. La temperatura de su superficie ronda los 462 °C y tiene una presión atmosférica 90 veces superior a la de la Tierra. Aunque hace mil millones de años era un planeta azul con océanos y, probablemente, con vida, hoy en día su atmósfera está compuesta por grandes cantidades de dióxido de carbono y dióxido de azufre que la hacen totalmente irrespirable.
Conoceremos la propuesta de Green en detalle cuando la publique, pero, mientras tanto, el investigador ha dejado ya algunas pistas: su plan es crear un escudo físico que refleje la luz del Sol y haga bajar la temperatura.
“Estoy tratando de sacar un artículo en el que he estado trabajando durante unos dos años. No va a ser bien recibido”, afirma Green. “A la comunidad planetaria no le gusta la idea de terraformar nada. Pero ya sabes. Creo que podemos cambiar Venus, también, con un escudo físico que refleje la luz. Creamos un escudo, y toda la temperatura empieza a bajar”.
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