Una tormenta solar, provocó que 40 satélites de Starlink, cayeran de nuevo a la Tierra.
Apenas un día después de su despliegue en una órbita de aproximadamente 210 kilómetros de la Tierra, cada satélite logró su vuelo controlado.
La tormenta geomagnética hizo que la atmósfera se calentara y aumentara su densidad en la altitud donde los aparatos se encontraban impidiéndoles elevarse hasta su posición, por lo que estos eventualmente caerán (o están cayendo) de nuevo en el planeta.
Sin embargo en este caso y por el factor adicional de la tormenta los satélites se encontraron (de acuerdo con su GPS de a bordo) con que la resistencia atmosférica aumentó hasta un 50% más que en otros lanzamientos.
Satélites están en modo seguro
El equipo de Starlink ordenó que los satélites entraran en un modo seguro, volando en forma horizontal para minimizar el arrastre y así “protegerse” de la tormenta de forma efectiva.
Estos aparatos no representan un riesgo de colisión con otros satélites y según detalla SpaceX, por diseño “desaparecen” al volver a entrar en la atmósfera, es decir, no se crean desechos orbitales y ni golpean el suelo.
Este lanzamiento, llamado misión 4-7 es el tercer vuelo de la compañía para colocar satélites en 2022, donde se esperaba que esta nueva ronda de aparatos se uniera a los más de 1,800 que actualmente se encuentran en órbita.
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