COZUMEL, QUINTANA ROO.- La presidenta municipal ha llegado a violar la ley con su comportamiento en sesiones del Cabildo, que no sólo queda en la falta de respeto y la tensión que genera durante los trabajos, sino que además, ha violentado disposiciones fundamentales del reglamento de sesiones y de la Ley Orgánica de los Municipios de Quintana Roo, advirtió José Luis Chacón Méndez, octavo regidor.
“Caprichosa” e “irrespetuosa”, los calificativos que tanto Chacón Méndez como otros integrantes del máximo cuerpo colegiado municipal han definido a la presidenta municipal se basan en hechos que, al estar documentados, se convierten en violaciones a las leyes, con lo que la sombra de un juicio político ronda ya a la figura de la representante popular.
Pretender varias rondas de votación, habilitar la figura de votación económica, retirar de las actas de sesión los aspectos que no le convengan; obviar de la orden del día, los temas que ya han sido trabajados en las comisiones cuando no son de su interés, representan violaciones que pudieran representar responsabilidad, más allá de la condena mediática que hasta ahora hacen el resto de integrantes del Cabildo.
“Las sesiones de Cabildo dan legalidad a cualquier tema que ahí se trate, se tiene guardar respeto, conocer los reglamentos internos y tratar temas específicos durante estas sesiones; ella no conocía, ni conoce hasta el momento los reglamentos internos”, advirtió el octavo regidor.
En el entendido de que Perla Tun violenta la ley y no se conduce con el respeto obligado durante los trabajos del Cabildo, en los cuales acostumbra insultar a sus compañeros de Cabildo, hacerles burla mientras hacen uso de la voz, retira propuestas del orden del día, altera el contenido de las actas, entre otras actitudes, son los motivos de los regidores para hacer saber a la ciudadanía de estos hechos y buscar que se finque responsabilidad por estas actitudes.
Cabe recordar que el Cabildo, conformado por el presidente municipal, el secretario general, el síndico y todos los regidores, es un cuerpo colegiado que toma decisiones basadas en el consenso y acuerdo de la mayoría; para los reglamentos y la Ley, todos sus integrantes tienen la misma importancia y, en un sistema democrático, no cabe la figura de rey, príncipe o tirano mandamás.
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