CIUDAD DE MÉXICO.- El esfuerzo económico que el Estado mexicano hace para abatir el daño ecológico que genera la producción, distribución y consumo de bienes y servicios es 5.3 veces menor que el daño ocasionado por dichas actividades, señalan cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con los datos más recientes de las Cuentas Económicas y Ecológicas de México que genera el organismo, los costos totales por agotamiento y degradación ambiental ascendieron a 907 mil 473 millones de pesos en 2015 (el dato más reciente disponible), mientras que los gastos en protección ambiental apenas llegaron a 141 mil 933 millones de pesos.
Más de la mitad de dichos costos (577 mil 698 millones de pesos) están relacionados con la contaminación del aire.
De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, cerca de 80 por ciento de los contaminantes atmosféricos que se generan en el territorio provienen de los vehículos automotores y en el país 72.2 millones de personas viven expuestas a mala calidad del aire.
En lo que respecta al Valle de México, un estudio publicado por el Centro Mario Molina el año pasado sostiene que la fuente que más contribuye a la contaminación es el transporte, pues los vehículos particulares generan la mayor parte de los precursores de ozono y son la segunda fuente de emisión de partículas, sólo después del transporte pesado a diésel.
Además, detalla que la flota de vehículos ha crecido en la pasada década a una tasa promedio anual de 3.8 por ciento y la creciente congestión vehicular es un factor que cada vez pesa más en la mala calidad del aire
El análisis del Inegi define como agotamiento a la disminución cuantitativa de los recursos naturales ocasionada en gran medida por la extracción, desgaste o pérdida de la calidad de los mismos y en dicho rubro agrupa a los recursos hídricos, del agua subterránea, de los recursos forestales, y las existencias de hidrocarburos.
El organismo define a la degradación como el deterioro cualitativo del medio ambiente como consecuencia de la presencia de un sinúmero de agentes contaminantes originados por las actividades económicas y dentro de dicho rubro agrupa el cálculo de la contaminación por descargas de agua residual no tratada, la degradación del suelo y la contaminación del aire.
Según los datos del Inegi, en los pasados 12 años (de 2003 a 2015) los costos totales por agotamiento y degradación ambiental se han incrementado en 40 por ciento, al pasar de 648 mil 58 a 907 mil 473 millones de pesos, mientras que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) en el mismo periodo fue de 136.4 por ciento por ciento; es decir, que el crecimiento económico del país ha sido casi dos veces y media mayor a los gastos que la sociedad en conjunto tendría que efectuar para prevenir o remediar el daño ambiental ocasionado por la producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
Los costos para disminuir las emisiones atmosféricas son los que históricamente tienen mayor peso en los costos totales y en 2015 representaron 63.6 por ciento del total, mientras que el agotamiento de hidrocarburos (79 mil 175 millones de pesos), recursos forestales (15 mil 658 millones) y agua subterránea (27 mil 883) representaron 8.7, 1.7 y 3 por ciento, respectivamente.
La degradación por contaminación del agua implicó costos por 57 mil 403 millones de pesos en el año de referencia (6.3 por ciento del total), mientras que la de residuos sólidos fue de 61 mil 253 millones (6.7 por ciento del total) y la del suelo nacional implicó costos de 88 mil 402 millones de pesos (9.7 por ciento del total). (Fuente: La Jornada).
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