Corría el año de 1985 cuando Rafael Caro Quintero fue detenido por primera vez en Costa Rica acusado de la venta de droga, la privación de la libertad y asesinato del agente de la DEA, Kiki Camarena, y el presunto secuestro de Sara Cosío.
En ese entonces el capo de la droga tenía solo 29 años y ya era la cabeza del cártel de Guadalajara y, junto a Félix Gallardo y Ernesto Fonseca “Don Neto”, controlaba el negocio de las drogas en México.
Era un día de abril, cuando el capo no imaginaba lo que estaba por ocurrir, y es que el narco se había metido en un verdadero problema, cuando unos meses antes, el 8 de diciembre de 1984 había sido allanado un establecimiento rural llamado El Búfalo, ubicado en Chihuahua.
El lugar pertenecía a Caro Quintero, y era usado para la cosecha agroindustrial de marihuana sin semilla y en la que trabajaban cerca de siete mil campesinos.
Esa incursión policial concluyó con la quema, ante las cámaras de televisión, de ocho mil toneladas de mariguana, un verdadero golpe para el narco, considerando la época en la que ocurrió, fue histórico.
Un nombre fue clave en el hallazgo de la plantación, se trató del Alfredo Zabala Avelar, un piloto de la Secretaría de Agricultura y Recursos Hídricos, quien visualizó la plantación de droga desde su avioneta y procedió a comunicárselo el agente de la DEA Enrique” Kiki” Camarena Zalazar, un conocido suyo.
El aviso tuvo como conclusión el operativo policial, que llevaría al secuestro de Zavala y Camarena por parte de Cártel liderado por Caro Quintero, ambos fueron torturados hasta la muerte el 7 de febrero de 1985, y sus cuerpos fueron encontrados una semana después en un terreno baldío Michoacán.
El homicidio de “Kiki” Camarena provocó un conflicto diplomático entre México y Estados Unidos y una cacería para hallar a los tres líderes del cártel de Guadalajara.
Fue el 4 de abril de cuando Caro Quintero fue capturado en San Rafael de Ojo de Agua en Alajuela, Costa Rica.
Se encontraba en “El Castillo” un rancho imponente que incluía tres mil cabezas de ganado, caballerizas, una iglesia y una pista aérea.
Ese día, el “narco de narcos”, estaba acompañado de una joven de 17 años, Sara Cossío Gaona, sobrina de Guillermo Cosío Vidaurri, un político de Jalisco que más tarde se convirtió en gobernador.
Sara Cosío fue pieza clave para la detención, pues ella llamó a su familia asegurando que se encontraba con Caro Quintero por su propia voluntad.
Sara fue hallada semidesnuda en una cama y con señales de estar embarazada del capo de la droga.
“¡Yo no estoy secuestrada! ¡Yo estoy enamorada de Caro Quintero!”, fueron las palabras de Sarita.
El capo fue capturado junto a José Albino Bazán, Juan Carlos Campero Villanueva, Luis Beltrán, Miguel Lugo y Violeta Estrada Yaver.
Ya extraditado a México, Caro Quintero ofreció pagar la deuda externa de su país a cambio de impunidad, sin embrago su propuesta fue rechazada.
En 1986 fue condenado a 40 años de prisión por el doble homicidio de Camarena y Zabala Avelar.
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