Durante el sexenio de Carlos Joaquín, gobernador de Quintana Roo, no se recibió dinero de créditos, incluso disminuyo la deuda acumulada hasta 2016.
León Lizárraga Cubedo, presidente del Instituto de Administración Pública de Quintana Roo, presentó hoy una investigación que les llevó 20 años y que expone los decretos de deuda aprobados de 1975 a 2022 por el Congreso y publicados en el Diario Oficial, sus plazos, quién los firmó, de cuánto fueron los montos y para qué se destinaron.
En esa investigación se refiere cómo en 2016 Carlos Joaquín reunió toda la deuda pública y buscó, de entrada, refinanciarla con un plazo diferente para tener un respiro de la abultada deuda que le heredó Roberto Borge, de unos 26 mil millones de pesos, al menos dos veces la refinanció en su sexeni0.
“Lo cual quiere decir que no recibió dinero o créditos, sino que fue el mismo dinero con mejores plazos para pagarlo, eso hizo que al final de este sexenio se deba menos que el anterior, por primera vez en la historia de la entidad”.
Así lo explicó Lizarraga, señaló que la Génesis de la Deuda Pública es uno de los capítulos del libro La Génesis de la Administración Pública de Quintana Roo 1975-2022, el cual fue presentado hoy en el Centro de Convenciones de Chetumal como una investigación histórica y descriptiva para que cualquier persona, que no sea experta, pueda entender un tema tan importante como la deuda pública.
“Cancún nació gracias a la deuda. En 1970, antes de que se creara el estado, el gobierno federal pidió al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) 17 millones de pesos, 1,900 millones a valor presente, y gracias a eso se hizo el primer centro turísticamente planeado. Se puede decir que esa inversión fue exitosa”.
La deuda puede, así, ser productiva, aunque en la exposición de Lizárraga se vieron datos, basados en los 39 decretos de deuda aprobados por el Congreso desde 1975, que resultan sospechosos: Joaquín Hendricks, por ejemplo, pidió en 2004 un crédito en pleno proceso electoral para elegir al próximo gobernador, lo que no se había dado nunca en la historia; su sucesor Félix González pidió un crédito de 4,000 millones de pesos bajo el concepto de pago de honorarios a proveedores y el siguiente gobernador, Roberto Borge solicitó en 2014 el mayor crédito en la historia local, de 15 mil millones, para financiar deuda a corto plazo, por lo cual no requirió la aprobación del Congreso ni fue sometido al escrutinio social.
“Quien tiene que calificar es la gente y nosotros acercarle la información y no se base en dichos o escritos en la prensa o en cafés”.
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