La presentación de argumentos por parte de la Fiscalía de Nueva York y la defensa de Genaro García Luna concluyó esta mañana, con la primera asegurando que el exsecretario de Seguridad mexicano era “parte de la nómina del Cártel de Sinaloa” y la segunda alegando que no hay “una sola prueba” que vincule a su cliente con el cártel y que los testimonios en los que se basa la acusación son de “criminales” a los que García Luna entregó.
La fiscalía tardó unos 11 minutos en presentar sus argumentos al jurado y al juez Brian Cogan. García Luna escuchó todo, mientras miraba al jurado.
De acuerdo con la fiscalía, García Luna no sólo era el funcionario más importante de Seguridad Pública en México, sino que tenía un “segundo trabajo sucio: recibir sobornos del Cártel de Sinaloa”.
De acuerdo con la fiscalía, las evidencias apuntan a que “García Luna era de la nómina del Cártel de Sinaloa y convirtió a la policía en una fuerza armada mercenaria que actuó a favor del cartel”. Aseguró que durante el juicio, que se prevé se extienda ocho semanas, “vamos a demostrar que el voto que hizo [García Luna] de perseguir y hacer la guerra contra los cárteles fue una mentira y delinquió por al menos una década”.
El mexicano, insistió, ayudó al cártel a enviar “toneladas, literalmente toneladas, de cocaína a Estados Unidos”. García Luna, aseguró, “fue la herramienta más valiosa del Cártel de Sinaloa”.
Incluso señalaron contar con evidencia de que personal de la policía federal mexicana descargó cocaína en el aeropuerto de la Ciudad de México. A los miembros del cártel, denunció, se les permitía usar uniformes de la policía federal y fungían como “mercenarios armados para eliminar a los enemigos del cártel”.
César de Castro, defensor de García Luna, se tomó más de media hora en sus argumentos, que se centran en que el gobierno de Estados Unidos no tiene evidencia directa para comprobar los cinco delitos que se atribuyen a su cliente.
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