El uso excesivo de videojuegos y dispositivos electrónicos modifica la conducta de niñas y niños, además de elevar el riesgo a desarrollar depresión y ansiedad, afirmó la psicoterapeuta infantil Rocío Nuricumbo Ramírez.
La especialista explicó en un comunicado que muchos infantes actualmente llegan a terapia por problemas como no levantarse temprano, pegar a sus compañeros, no hacer las tareas o no prestar atención en clase.
Y es que, a decir de la también profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a partir de la pandemia del COVID-19, se ha detectado que los niños se aíslan, ‘se cortan’, no están logrando gestionar de manera adecuada sus emociones, tienen una falta de integración social y pasan mucho tiempo en su recámara o jugando con dispositivos electrónicos.
Este aislamiento, argumentó, se ha vuelto más significativo en la era de los videojuegos y dispositivos electrónicos.
“Una modalidad de socialización es que a veces se conectan con sus propios compañeros en línea y hacen juegos virtuales, pero el riesgo es que a veces no hay una supervisión adecuada de los padres y madres acerca de con quién interactúan, qué temas ven en pantalla y cuántas horas pasan con los dispositivos electrónicos”, refirió.
Lo deseable para la psicoterapeuta es combinar estas ocupaciones con otras que sean físicas y procuren mayor socialización real con más menores.
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