La reciente aparición de la variante de COVID-19 denominada Eris ha generado una creciente preocupación en Estados Unidos y en otros países, especialmente en vista de la próxima temporada invernal, que suele aumentar los casos de enfermedades respiratorias. Ante esta situación, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) tiene previsto aprobar las vacunas de Pfizer, Moderna y Novavax en septiembre, con el objetivo de fortalecer la respuesta inmunológica y reducir los efectos de esta nueva variante.
La subvariante EG.5 del coronavirus, que forma parte de la variante Eris, ha representado el 71.6% de las infecciones por COVID-19 en Estados Unidos durante el presente mes, de acuerdo con información proporcionada por el diario estatal China Daily.
Hasta el momento, las autoridades sanitarias chinas han señalado que la propagación de la subvariante EG.5 no ha ejercido una presión significativa sobre el sistema hospitalario del país, y se considera poco probable que conduzca a brotes masivos. Sin embargo, la capacidad de la variante Eris para transmitirse con rapidez y evadir la inmunidad adquirida por vacunas o contagio ha generado inquietud en múltiples naciones.
Ante los casos registrados de la variante Eris, los laboratorios están trabajando en el desarrollo de una nueva vacuna que pueda contrarrestar los síntomas de esta variante.
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