El cometa 12P/Pons-Brooks, un gigante celeste con un tamaño tres veces superior al del Monte Everest, explotó por segunda ocasión el pasado 5 de octubre y desde entonces ha generado preocupación en la comunidad astronómica.
La Asociación Astronómica Británica ha emitido una alerta sobre su acercamiento a la Tierra y ha destacado que esta es la segunda explosión que se registra en tan solo cuatro meses.
Con casi 30 kilómetros de diámetro, este asteroide, también conocido como “El Cometa Diablo”, llamó la atención de los astrónomos debido a su inusual brillo, que se tornó más intenso en comparación con días anteriores. Este fenómeno se debe a la luz reflejada en la nube de gas que rodea su núcleo.
El apodo de “Cometa del Diablo” se debe a su naturaleza criovolcánica, es decir, un volcán formado por hielo y agua, con dos características protuberancias o “cuernos”. Debido a esta composición, es relativamente común que experimente explosiones debido a la acumulación de hielo y gas en su interior congelado, buscando una vía de escape.
El cometa 12P/Pons-Brooks fue avistado por primera vez en julio de 1812 por el astrónomo francés Jean-Louis Pons y es uno de los pocos cometas conocidos con volcanes de hielo activos.
La explosión del 20 de julio llamó la atención, ya que ocurrió tras 69 años de calma, generando emisiones que fueron siete mil veces más amplias que el propio cometa.
Aunque este cometa se dirige hacia la Tierra, no representa ningún riesgo para nuestro planeta, ya que no alcanzará su punto más cercano hasta el año 2024, cuando será visible a simple vista.
Después de su aproximación, será “devuelto” al Sistema Solar, y no se podrá observar nuevamente hasta dentro de 72 años, en 2095. La comunidad científica no considera que este fenómeno represente una amenaza para nuestro mundo.
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