Cientos de efectivos en el estado de Maine, al noreste de Estados Unidos, siguen buscando intensamente este jueves a un reservista del ejército que abrió fuego el miércoles en una bolera y en un bar-restaurante matando al menos a 18 personas.
El presidente Joe Biden lamentó “otro tiroteo masivo trágico y sin sentido” en la localidad de Lewiston donde otras 13 personas resultaron heridas, tres de ellas en estado crítico, en una de las peores masacres de los últimos años en el país.
Una vasta área de la ciudad permanece bloqueada mientras se realiza la búsqueda del sospechoso y las autoridades levantaron barricadas en medio de la orden de cierre de escuelas y negocios, al tiempo recomendaron a los residentes permanecer en sus casas.
La gobernadora del estado de Maine, Janet Mills, dijo que el sospechoso se considera “armado y peligroso, y la policía advierte a la gente de Maine que no deben acercársele bajo ninguna circunstancia”.
“Este ataque golpea en el corazón mismo de lo que somos y de los valores que apreciamos”, sijo Mills. “Es un día oscuro para Maine”.
La policía identificó al atacante como Robert Card, de 40 años, y difundió su fotografía en la cual se le ve armado de un rifle semiautomático en la bolera.
Comienzan cacería humana
Cientos de policías en atuendo camuflado de estilo militar, así como agentes del FBI, copan el área de búsqueda en “un enfoque de todos contra uno”, según el jefe de la policía de Lewiston David St. Pierre.
“Continuamos trabajando sin descanso en llevar esta situación a término”, dijo St. Pierre a periodistas, con el objetivo de “localizar y hacer que esta persona rinda cuentas”.
Según el responsable de la seguridad pública de Maine, Mike Sauschuck, durante la búsqueda la policía halló una camioneta blanca abandonada a una decena de kilómetros de Lewiston.
Biden se comunicó con la gobernadora de Maine para ofrecer apoyo federal y ordenó colocar la bandera nacional a media asta en todos los edificios estatales.
“Nuestra nación está de duelo nuevamente”, lamentó el presidente en un comunicado, llamando de nuevo al Congreso a “prohibir las armas de asalto”.
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