La policía japonesa rodeó este martes por la tarde una oficina de correos de la localidad de Warabi, en la prefectura de Saitama, en la que un hombre armado, identificado como Tsuneo Suzuki, de 86 año, tomó como rehenes a un número indeterminado de personas, quien horas más tarde terminó detenido. Los medios de comunicación locales informaron de dos heridos en un posible tiroteo en un hospital cercano.
Autoridades también implican a Suzuki por el tiroteo en el centro de salud, en que se dio a la fuga en moto. Las imágenes de televisión mostraron a un hombre con una gorra de beisbol y un abrigo oscuro dentro de la oficina de correos con un objeto que parece ser un arma atada a un cordón alrededor del cuello.
“Aproximadamente a las 14:15 horas (locales), una persona se atrincheró y tomó rehenes en una oficina de correos” de la ciudad de Warabi, al noroeste de Tokio, informaron en la página web de la localidad las autoridades municipales que indicaron que el atacante tiene un objeto que parece un arma de fuego. “Instamos a los ciudadanos que se encuentran cerca a seguir las instrucciones de la policía”, agregaron.
El medio local Nippon TV afirmó que al menos una mujer veinteañera y otra treintañera se encontraban en el interior de la oficina, citando fuentes policiales, y añadieron que se encuentran sanas y salvas tras el incidente.Las autoridaes lograron entrar en el edificio para detener al sospechoso tras garantizar la seguridad de las rehenes.
La policía pidió a 300 habitantes de la zona que evacuasen sus viviendas, indicó la cadena de televisión TBS. Varios vehículos de policía estaban aparcadas alrededor del edificio de tres pisos al caer la noche, según imágenes de televisión. Las calles aledañas estaban vacías.
El incidente se produjo mientras la policía investigaba un tiroteo que se produjo más temprano en un hospital de la cercana ciudad de Toda. Dos personas resultaron levemente heridas, supuestamente un doctor y un paciente, por disparos efectuados desde la calle contra una habitación de la planta baja del hospital.
“Después de las 13:00, escuché a una mujer gritando ‘Por favor, que venga alguien’, y una enfermera me dijo ‘Apártese de las ventanas y agache la cabeza'”, contó a la cadena NHK un hombre de alrededor de 60 años que se encontraba dentro del hospital. “Sobre las 14:00, miré dentro de la consulta del doctor y vi un charco de sangre junto a la camilla. No escuché ningún disparo, pero una enfermera dijo que escuchó dos”, añadió.
Los crímenes violentos son poco frecuentes en Japón, donde la tasa de homicidios es baja y la legislación sobre las armas de fuego es una de las más estrictas del mundo. Sin embargo, el archipiélago vivió varios ataques recientemente, entre ellos el asesinato del exprimer ministro Shinzo Abe, disparado con un arma de fuego artesanal durante un discurso de campaña electoral el año pasado.
En abril, el actual primer ministro, Fumio Kishida, fue blanco de un artefacto explosivo improvisado, también en un acto electoral. Salió ileso, pero dos personas resultaron levemente heridas. El mes siguiente, un hombre se atrincheró en un edificio después de matar supuestamente a cuatro personas, entre ellas dos policías y una anciana, en un ataque con pistola y cuchillo. Masanori Aoki, de 31 años, fue detenido en su casa, cerca de la ciudad de Nakano, informó entonces la policía.
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