Por exigir un cuantioso depósito como condición para atender a pacientes, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) le impuso sellos de suspensión al hospital privado Galenia en Cancún, aunque todo apunta a que se trata de solo una de las múltiples prácticas abusivas realizadas en el lugar en contra de pacientes y sus familiares, en momentos de vulnerabilidad.
No exhibir precios o no respetarlo, realizar procedimientos sin debida información y con costos exorbitantes, además de a menudo incluso mentir en los diagnósticos para solicitar estudios o realizar intervenciones innecesarias, son algunas de las muchas quejas que se acumulan en contra de esta clínica, en sus ya 17 años de existencia.
La Profeco informó hace dos años que de la mayoría de las quejas que reciben en contra de clínicas particulares, un gran número provienen de aquellas ubicadas en Cancún y Playa del Carmen, en donde es común que abusen de turistas. Aquí, Galenia es el rey indiscutible en malas prácticas.
Actualmente, en dos de sus accesos principales, sobre la avenida Tulum, en la clínica pueden verse los sellos de suspensión de la Profeco, en donde se apunta que corresponde al expediente 1077-2023, y se informa que quedó suspendida el “depósito en garantía”, detestable práctica en la que familiares en momento de urgencia son obligados hasta a entregar un cheque en blanco o bien una fuerte suma de dinero, para que ellos atiendan al paciente.
No se trata de la primera sanción en contra de esta clínica. El año pasado, la Comisión Federal de Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) clausuró su banco de sangre, por estar funcionando sin permisos vigentes; es decir, en la clandestinidad, por lo que no había garantías sobre la observancia de las reglas en cuanto al manejo de la sangre, plasma y los residuos biológicos que generen.
Inaugurado en 2006 por los hermanos Jorge Alberto Loya Cortés y Martiniano Eduardo Loya Cortés, el Galenia ha refinado con los años el arte de maximizar sus ingresos, cobrando precios fuera de mercado por sus diversos servicios, lo que se agrava con sobreprecios en medicinas o equipo utilizado.
También cuentan con un acuerdo con diversos servicios de ambulancia, para que, cuando se traten de turistas, sean traídos sin preguntarles a esta clínica, donde deben pagar muchas veces por arriba de lo habitual por el traslado, además del tratamiento. De esta suma, se saca una “comisión” para los paramédicos.
Cabe destacar que clínicas particulares como Galenia han por años intervenido en la política local, para impedir que el Congreso del Estado pueda crear una Comisión de Arbitraje Médico, para poder mediar y poner fin a estas malas prácticas. Actualmente, Quintana Roo es uno de solo dos estados en carecer de este organismo, por lo que quejosos estarían obligados a acudir a la instancia federal, en la Ciudad de México, algo que la mayoría de las veces no ocurre.
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