Las elecciones presidenciales de México y Estados Unidos coincidirán en 2024, por lo que el inédito flujo migratorio se perfila como el fiel de la balanza de la relación bilateral, ya que marcará las campañas de ambos países.
Mientras México se acerca a tener a su primera presidenta electa en junio, con la oficialista Claudia Sheinbaum y la opositora Xóchitl Gálvez como las punteras en los sondeos, Estados Unidos podría votar por el regreso del exmandatario Donald Trump (2017-2021).
“En esos cinco meses -entre ambas elecciones- el debate va estar a todo lo que da. Entonces algunas decisiones que puede adoptar quien resulte presidenta o presidente de México serán muy importantes, sobre todo desde el punto de vista migratorio”, dijo José María Ramos, de El Colegio de la Frontera Norte.
Como ejempklo de dicho tema, el presidente Andrés Manuel López Obrador, recibió el miércoles a una delegación estadounidense liderada por el secretario de Estado, Antony Blinken, para abordar el repunte migratorio en diciembre, cuando ha habido un promedio de más de 10.000 cruces irregulares en la frontera común.
“Hay también un asunto político por esta temporada de elecciones en Estados Unidos y se alienta la migración, se desinforma”, reconoció este jueves en su rueda de prensa matutina.
Por su parte el investigador del Colef señaló que las definiciones que tenga México, hasta ese momento, con el presidente Joe Biden “serán muy importantes y (el ganador de la elección mexicana) no debe esperar a nombrar a todo su equipo, sino debe definir una agenda en función, no solamente de la óptica estadounidense, sino de la mexicana”.
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