Francia se ha convertido este lunes en el primer país del mundo en incluir el derecho al aborto en su Constitución. Las dos cámaras del Parlamento galo se han reunido en una sesión extraordinaria para introducir en la Carta Magna la “libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”. Se trata de un logro histórico para el movimiento feminista que no tiene precedentes a nivel internacional.
Los 925 parlamentarios franceses habían sido convocados por el presidente Emmanuel Macron, que no estuvo presente durante la sesión para “mostrar su respeto” a la división de poderes. El texto se había aprobado en la Asamblea Nacional con 492 síes y 30 noes. En el Senado, también salió adelante con mayoría absoluta: 267 votos a favor y 50 en contra. La votación de este lunes era necesaria para consolidar la reforma.
En total, 780 parlamentarios han votado a favor de la reforma constitucional que modificará el artículo 34 de la Carta Magna para incluir el derecho al aborto. Esto quiere decir que solo 72 diputados han rechazado el texto. La propuesta contaba con un gran respaldo popular y reunió apoyos de todos los partidos políticos. El proceso legislativo ha durado cerca de 18 meses.
En marzo del año pasado, Macron se comprometió por primera vez a cambiar la Constitución para “consagrar la libertad de las mujeres a recurrir al aborto”. La prensa francesa llevaba semanas especulando con la posibilidad de que el presidente decidiese celebrar el Congreso Constitucional a principios de marzo, para poder promulgar el texto definitivo el 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer.
Esta es la primera vez que Francia modifica su Constitución desde 2007, cuando Sarkozy cambió cerca de la mitad de los 89 artículos de la Carta Magna para “modernizar” la V República. En esta ocasión, la reforma llega para consolidar una de las principales conquistas del movimiento feminista, precisamente cuando se cumple medio siglo de su despenalización. “Es una etapa fundamental que quedará grabada en la historia“, ha defendido el recién elegido primer ministro, Gabriel Attal.
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