Ciudadanas y ciudadanos de todos los continentes alzaron su voz este viernes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para defender sus derechos y clamar por la igualdad de género, contra la violencia machista y la impunidad.
En España el feminismo volvió a demostrar su poder de movilización y sacó a las calles decenas de miles de personas que, pese a la división en el movimiento, clamaron por la igualdad real entre hombres y mujeres. Pese al mal tiempo en casi todo el país, la asistencia a las manifestaciones volvió a ser masiva y tiñó de morado calles y plazas en las principales ciudades.
Apoyo a las mujeres palestinas
El apoyo a las mujeres palestinas y contra los bombardeos israelíes de Gaza tuvieron un papel destacado en varias de las marchas españolas -al igual que en muchos de otros países-, especialmente en las de Madrid y Barcelona, ciudad esta última en la que la manifestación unitaria incluyó este asunto en el lema oficial: ‘Mujeres, lesbianas y trans. Juntas contra las precariedades, las fronteras y los genocidios’.
En Madrid se volvieron a convocar dos manifestaciones, la histórica organizada por la Comisión del 8M, que reunió a 30.000 personas, según la Delegación del Gobierno (500.000 según las organizadoras), y otra por el Movimiento Feminista de Madrid (MFM) que rechaza la Ley trans, “el borrado de las mujeres” y pide la abolición de la prostitución, en la que participaron unas 4.000 personas, según la delegación, y más de 30.000, según la organización.
En Bélgica, corazón de la Unión Europea, siete mil personas, según la policía, y 15.000 según la plataforma convocante, el ‘Colectivo 8 de Marzo’, se manifestaron en Bruselas para reclamar más medidas para lograr la igualdad de género y acabar con la violencia machista, en la principal marcha feminista que se celebró este viernes en el país sede de las principales instituciones de la UE.
El Colectivo 8 de Marzo belga también llamó a la huelga feminista para este viernes, apoyada por los dos sindicatos mayoritarios de Bélgica y que en Bruselas secundó una parte de los trabajadores de la empresa pública de transportes, ocasionando el cierre de varias líneas de metro y autobús.
En Turquía, varios cientos de mujeres se congregaron en el centro de Estambul para la tradicional protesta del 8 de marzo, pese a un enorme contingente policial que les prohibía alcanzar su objetivo, la simbólica plaza de Taksim. La denuncia de la violencia machista, que cada año se cobra cientos de vidas en el país euroasiático, fue uno de los lemas más coreados en la manifestación y en los mensajes de numerosas organizaciones feministas.
En Azerbaiyán, un grupo de activistas se manifestaron en la capital del país, Bakú, para exigir la igualdad de derechos, el fin de la violencia de género y la liberación de mujeres periodistas encarceladas en este país. Al inicio de la protesta, la policía arrebató a sus participantes unos carteles con lemas políticos y bloqueó el paso para algunas mujeres hacia el monumento a la poeta Natavan, donde se celebraba la acción.
Las manifestantes azerbaiyanas exigieron acabar con la discriminación de la mujer y aplicar las leyes que estipulan la protección de sus derechos. También abogaron por el fin de la discriminación de las discapacitadas y llamaron a combatir los matrimonios prematuros.
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