Lili Campos Miranda ha puesto bajo su protección a dos bares en la ciudad, los que personal de la Dirección de Fiscalización tienen órdenes estrictas de no molestar, por lo que estos dos locales pueden operar libremente muy después del horario permitido, hasta incluso la mañana.
Los locales en cuestión son “La Catrina”, ubicado en la avenida Juárez con la carretera federal, y “El Harem”, en el Arco Vial con calle 12. En estos dos lugares, se opera de forma descarada hasta después de las seis de la mañana, pese a que la hora de cierre máxima es a las 3 de la madrugada.
Reynaldo Risos, director de Fiscalización del Ayuntamiento de Solidaridad, tiene órdenes expresas de no permitir que su personal interfiera con el funcionamiento de estos dos lugares, según nos revelaron trabajadores de esta dependencia, bajo condición de anonimato.
En “El Harem”, que funciona como table dance, cierran las puertas, pero continúan vendiendo alcohol, además de ser un conocido punto de venta de droga.
En cuanto al Bar“La Catrina”, que antes solía ser “Safari”, funge como “after”, pero es una conocida fachada de la delincuencia organizada. Allí, meseros golpearon a dos sujetos hasta dejarlos en estado grave, razón por la que el local fue clausurado, en 2021. En represalia, los dos agentes de la Policía Estatal involucrados fueron atacados a balazos en la colonia Aviación.
NEXOS CON EL CRIMEN
Debemos recordar que Lili Campos mantiene en Fiscalización un esquema de extorsiones y cobro de cuotas a locales, que encabeza el cancunense Reynaldo Risos, los que se extienden a locales que son solo fachada de la delincuencia organizada y en donde se da la venta de droga.
Fue esta ambición de cobrarle a la gente equivocada la que hizo que cuatro de sus inspectores fueran asesinados, al acudir a una cita con un grupo delictivo, al interior del bar “La Cueva”, en febrero del año pasado.
A partir de estas ejecuciones, la presidente municipal fue presionada para que la labor de fiscalización en bares fuera realizada solo en compañía de policías de los tres niveles de gobierno, lo que significó el fin, temporalmente, de esta cobranza a grupos delictivos.
Sin embargo, para efectuar esta labor, la panista utiliza un grupo paralelo de inspectores, que encabezan Adrián, alias “El Chino” y Marco Antonio B., dos funcionarios que habían renunciado en 2018, después del asesinato de José Enrique González Rosas, entonces director de Fiscalización, pero que fueron traídos de regreso por Lili Campos.
Estas dos personas, que fueron investigados en su momento por la Fiscalía General del Estado, en relación al asesinato señalado, serían quienes llevan el pulso de los puntos de venta de droga, y traen dinero a su jefa, a cambio de que se les deje operar a estos grupos de forma libre.
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