Por Amir Ibrahim
La sorpresiva visita del impresentable dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional a Playa del Carmen, Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, para apoyar a la campaña de reelección de Lili Campos Miranda, mostró de forma contundente cuánto ha cambiado el gobierno playense en tan solo tres años.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y la foto tomada para recordar esta ocasión es elocuente: Junto a la candidata panista, Lili Campos, aparece muy sonriente “Alito”, para quien ella tuvo que extender la “alfombra roja”.
Del otro costado está José Luis “Chanito” Toledo Medina, ex “delfín” de Roberto Borge, gobernador priísta encarcelado por peculado. Varios otros priístas, conocidos por sus escándalos más que por sus logros, también figuran rodeando a la mandataria local.
Es importante recalcar que el municipio de Solidaridad, donde se encuentra Playa del Carmen, el priísmo es sinónimo de saqueo, de corrupción y de indiferencia hacia la ciudadanía, pues así lo vivieron por varios trienios, antes de finalmente optar por un cambio en 2016, cuando Roberto Borge tuvo que fugarse a Panamá, donde fue arrestado, y entró en Playa del Carmen, un gobierno emanado de Acción Nacional.
Ahora, por la desesperación Lili Campos para reelegirse, toda esa rancia casta de saqueadores ha sido “resucitada” para apoyarla en campaña, lo que significa que, si ganan, volverá a disponer del dinero del erario y a hacer negocios con la obra pública.
Al hablar de la “reelección” de Lili Campos, pareciera que se tratara de la continuidad del mismo proyecto político, pero en realidad son muy distintas las caras de quienes la acompañan hoy que quienes estaban con ella hace tres años.
En 2021, el que llegó al poder fue una alianza PAN-PRD; en esta ocasión, la coalición es PAN-PRI, y además se ha visto que es el segundo partido quien predomina en casi todos los espacios disponibles.
Ahí está el caso del delfín borgista, “Chanito” Toledo, quien ya fue revocado como candidato a síndico, pues intentó hacerse pasar por una persona con discapacidad, pero quien sin embargo continúa enquistado en el proyecto de Lili Campos.
Lo mismo pasa con otros priístas saqueadores del pasado: Filiberto Martínez, coordinador de campaña, hoy fugado, por tener una orden de aprehensión en su contra; Gabriel Mendicuti y “Chano” Toledo, especuladores de terrenos; y Román Quián, representando al ejido.
Aunque “Chanito” quiera presentarse como amigable, ofreciendo dinero en absurdos “retos” que nada tienen que ver con la democracia, los playenses recuerdan bien que, como tesorero de Filiberto Martínez, estuvo detrás del endeudamiento por cerca de 300 millones de pesos para obras que no se realizaron o quedaron inconclusas. Los gobiernos priistas que vinieron después aumentaron todavía más este adeudo, que todavía pagan los ciudadanos.
Estos dinosaurios fueron barridos años atrás en las urnas, por ciudadanos hartos de ver tanta corrupción, misma que los tenía con calles deplorables, sin recolección de basura y con extorsiones y terrorismo fiscal.
El supuesto cambio que venía con el PAN fue traicionado, cuando Lili Campos se alió al priísmo, primero con Filiberto, y ahora con “Chanito” Toledo.
Los playenses deben saber que, si votan por Lili Campos, ya no votan por el gobierno de hace tres años, sino que votan por el regreso de todos quienes tanto daño le hicieron al municipio.
CAMPAÑA TEÑIDA DE SANGRE
El asesinato de un integrante de la campaña de una candidata a regidora, en la planilla de Estefanía Mercado, abanderada de Morena en Solidaridad, es un hecho que debiera consternar a todos, en especial porque el móvil parece ser político.
La víctima, Óscar Ramos Martín, fue asesinado a corta distancia del domo donde los seguidores de Morena habían acordado ver el debate presidencial, por sujetos en un taxi con publicidad de Lili Campos.
Quienes lo conocían aseguran que era una persona tranquila, sin pleitos, quien colaboraba desde hace años con una candidata en esta planilla de Morena. No hay ningún tema de venganza ni ninguna línea que apunte hacia otro lugar, fuera de la contienda política.
En estas circunstancias, es imperativa la rápida actuación de las autoridades estatales y federales, para garantizar la tranquilidad en este municipio.
Si la intención es inhibir con el miedo la participación ciudadana, entonces permitir que tengan éxito es un golpe a la democracia.
Los candidatos de Morena han sufrido la constante vigilancia de agentes de la Policía Municipal, y se rumora que la víctima ya había sido amenazada.
De ser así, no debe descartarse la posibilidad de tomar el control del mando policiaco, para separarlo de la actual campaña política, al menos hasta después de las elecciones.
No sería la primera vez que el Gobierno del Estado debe asumir la responsabilidad de garantizar la seguridad, ante negligencia municipal; ya se vivió esto con Laura Beristain, cuando dio cobijo a borgistas dentro de su Secretaría de Seguridad Pública.
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