El primer ministro de la India, Narendra Modi, se proclamó victorioso en las elecciones generales del país asiático, sin embargo, le dejaron al gobernante y a su partido un sabor agridulce tras haber reducido el número de legisladores con el contaban el periodo pasado.
Cabe destacar que Modi y su partido Alianza Democrática Nacional asumirá el gobierno por tercera vez; “Estamos agradecidos al pueblo”, dijo Modi durante un mitin en la sede de su partido, el Bharatiya Janata (BJP), en Nueva Delhi.
La Comisión Electoral de la India indicó que la coalición de la que forma parte el partido nacionalista hindú está a la cabeza en 285 asientos. Para formar una mayoría son necesarios 272; sin embargo, estas cifras son mucho menores que las esperadas por Modi y el resto de líderes de su partido, que se fijaron el objetivo de alcanzar los 400 escaños.
Los opositores del primer ministro mejoraron su caudal electoral pese a que debieron enfrentar procesos judiciales que ellos denuncian como parte de una campaña política de Modi contra la disidencia; ante ello, el centro de estudio Freedom House indicó que este año el BJP “usó cada vez más a las instituciones gubernamentales para atacar a sus rivales políticos”.
Como ejemplo, los opositores citan el caso de Arvind Kejriwal, ministro principal de la capital, Nueva Delhi, detenido en marzo por un caso de corrupción, liberado en mayo para la campaña electoral y encarcelado de nuevo el domingo pasado.
La política del primer ministro también despierta recelos en la minoría religiosa musulmana, con más de 200 millones de fieles, inquietos por su futuro en este país.
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