En Leicestershire, en Reino Unido, se encontró un sorprendente monstruo marino durante la construcción de una carretera, por lo que las obras de construcción fueron interrumpidas para permitir el estudio de esta criatura y su preservación histórica. De manera que los paleontólogos recuperaron los restos de este fósil y los analizaron para comprender qué tipo de animal se trataba.
El descubrimiento no sólo deja una huella sin precedentes en la historia de dicho lugar, sino que también muestra la importancia de gestionar los hallazgos arqueológicos para preservarlos, ya que anteriormente, la construcción de la carretera Melton Mowbray ya presentaba problemas debido a otros descubrimientos arqueológicos.
Los análisis demostraron que los restos fósiles corresponden a un ictiosaurio, el cual es un reptil marino que vivió en los océanos hace aproximadamente 200 millones de años y que se extinguieron hace 90 millones de años. Estos animales destacaban por su gran adaptabilidad al mar abierto, además de su anatomía similar a la de los delfines o las ballenas modernas.
Entre los restos fósiles que se encontraron estaba el cráneo, el cual tiene dimensiones bastante grandes y se cree que estos monstruos marinos alcanzaban tamaños de entre un metro y más de 25 metros de longitud, dependiendo de la especie.
La importancia de este fósil radica en que se descubrió en una zona que, actualmente, no tiene un océano, por lo que los expertos mencionan que encontrar este ictiosaurio en tierra firme demostraría que hace millones de años Leicestershire era un océano.
Cabe destacar que este fósil se encontró en áreas alejadas de la costa actual, de manera que, en el pasado, el Reino Unido estuvo cubierto por océanos en distintos momentos de su historia geológica, por lo que no sería inusual encontrar más fósiles de esta especie en el futuro.
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