CIUDAD DE MÉXICO. –En varias ciudades de México se llevan a cabo marchas para recordar a los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en paradero desconocido desde hace tres años.
Su desaparición forzada ocurrió tras los acontecimientos que tuvieron lugar en la noche del 26 y en la madrugada del 27 de septiembre de 2014 en la ciudad de Iguala (Guerrero).
El día que desaparecieron habían sido interceptados por la Policía tras un enfrentamiento que dejó además seis muertos. Desde entonces, no se ha sabido más de ellos y no se ha encontrado ningún culpable.
En el proceso de investigación se han llevado a cabo varias operaciones de búsqueda y se ha detenido a más de un centenar de personas. El caso, aparte de provocar una crisis política y social en el país, ha desatado una ola de indignación a nivel internacional.
“El Gobierno federal está involucrado”
Los familiares culpan a las autoridades de falta de voluntad para investigar y sancionar a los responsables. Afirman que el propio Gobierno federal tiene las manos sucias por el caso y que es por ello que no se apresura en descubrir la verdad.
Cristina Bautista Salvador, madre de uno de los normalistas desaparecidos, ha aseverado a RT que los padres de los desaparecidos sienten que “no hay avances”, sino solo “papeleo”.
“No tenemos respuestas de parte del Gobierno, no tiene interés de dar resultados o llegar al paradero de nuestros hijos y nosotros seguimos en pie de lucha”, ha mantenido Salvador, que ha subrayado que seguirán “exigiendo la presentación con vida” de sus hijos y un castigo para “los responsables”.
Por su parte, Emiliano Navarrete, padre de otro de los normalistas, ha sugerido que “no hay avances” porque “el Gobierno federal está involucrado en la desaparición de nuestros jóvenes”.
El 26 de septiembre de 2014, estudiantes de la Escuela Normal Rural trataron de tomar varios autobuses en Iguala para utilizarlos en una protesta cuando un grupo de policías locales y de individuos armados desconocidos abrieron fuego contra ellos. Seis personas fallecieron, 17 resultaron heridas y 43 estudiantes permanecen desaparecidos. En el caso pueden estar implicadas las Fuerzas Armadas de México y el cártel Guerreros Unidos.
Autobús con heroína
El uso de la violencia contra los normalistas podría explicarlo una peculiar versión de los hechos ofrecida por un representante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La Policía local de Iguala, unificada por el alcalde de la ciudad con las fuerzas de los narcotraficantes de Iguala, desataron la búsqueda y el castigo de los normalistas de Ayotzinapa cuando se dieron cuenta de que uno de los autobuses robados por los estudiantes contenía una gran cantidad de heroína que debía ser vendida en Chicago, explicó Carlos Berstáin, uno de los cinco expertos de la CIDH.
‘Verdad histórica’ desmentida
La versión oficial del Gobierno mexicano sobre este caso, conocida como la ‘Verdad histórica’, asegura que, después de ser capturados en el municipio de Iguala, los estudiantes fueron incinerados en un basurero del municipio vecino de Cocula y luego sus restos arrojados al río.
Sin embargo, un Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), que durante un año investigó el caso en México, afirmó haber desmentido científicamente esta versión.
Los especialistas independientes del GIEI revelaron que los registros meteorológicos y las imágenes satelitales captadas entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014 de la zona entre los municipios de Cocula e Iguala descartan la versión oficial de la Procuraduría General de la República (PRG).
Hasta 40.000 kilogramos de madera para 43 cuerpos humanos
Y no fue solo este Grupo. José Torero, experto en incendios de la Universidad de Queensland (Australia), puso en duda la versión oficial del Gobierno de México con la quema de tres cerdos, en cada uno de los cuales empleó 700 kilos de madera.
Torero argumentó que sería necesario emplear entre 20.000 y 40.000 kilogramos de madera para incinerar 43 cuerpos humanos. También cuestionó la posibilidad de que se eliminara totalmente la materia orgánica de un cuerpo en un incendio a fuego abierto, como sí podría ocurrir en un horno.
El 12 de julio de 2015, este especialista visitó el basurero de Cocula donde, de acuerdo con declaraciones obtenidas de los presuntos criminales, fueron incinerados los estudiantes en una pira de llantas y madera. Sin embargo, no encontró en el lugar evidencias sobre esos hechos: ni árboles quemados ni plástico derretido. (Fuente: Actualidad RT).
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