Reyna Hernández, una madre, inició un plantón afuera del Centro de Readaptación Social (Cereso), acompañada de otras mujeres y su abogada, Ariadne Song Anguas, ya que teme por la vida de su hijo, quien fue apuñalado dentro de este recinto, sin recibir atención médica, lo que equivale a tortura.
Brayan Enrique Campos Hernández recibió entre ocho y 13 puñaladas, pero el personal del Cereso no le brindó atención médica o permitió su traslado. Hasta ahora, no le permiten a la madre o a su pareja visitarlo, por lo que se ignora cuál es su situación, afirmó su abogada.
Ya acudieron con la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo, que de manera anómala, procedió a cerrar la queja.
Ante ello, acudieron ante la Fiscalía General del Estado a denunciar tortura, pero la autoridad se niega a investigar o aplicar el protocol Estambul, como marca la legislación en la materia.
Brayan Campos, explicó ella, fue detenido acusado de homicidio calificado, con base en los dichos de un “testigo reservado” que apareció cinco meses después del hecho.
“Cuando la Fiscalía General del Estado no cuenta con evidencias, las fabrican”, opinó la también activista.
Reyna Hernández comentó que a la pareja de su hijo ya le prohibieron ingresar al Cereso, sin justificación alguna, ante lo cual ya hay otra denuncia ingresada.
La familia busca que le permitan a Brayan continuar su proceso en libertad, pero no pueden solicitar la auditoría intermedia, pues la Unidad de Medidas Cautelares del Cereso se ha negado a efectuar el análisis de riesgo, necesario para revisar esta solicitud.
La madre comentó que ya ha ingresado tres oficios distintos, sin tener respuesta, pues solo le dicen que no hay personal suficiente.
Ariadne Song Anguas afirmó que este caso es indicativo de cómo funciona el Cereso, en el que los abusos por parte de custodios son comunes, frente a la total omisión por parte de la Cdheqroo y de la Fiscalía.


















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