Agencia EQR
PLAYA DEL CARMEN, QUINTANA ROO.- La crítica erosión de las playas ubicadas a un costado del hotel Grand Velas no sólo proyecta una pésima imagen para los turistas que visitan este destino con la ilusión de disfrutar de los arenales, sino que además representan un riesgo para los mismos bañistas que caminan por la línea costera, ya que quedan expuestos a sufrir un accidente o ser arrastrados por el mar.
Ante la llegada de la temporada de las “vacas gordas”, el flujo de turistas a este destino comienza a incrementar considerablemente, los cuales arriban con la premisa de poder disfrutar del sol, mar y arena característicos de la Riviera Maya. Sin embargo, de acuerdo con lo expuesto por algunos prestadores de servicios turísticos, los visitantes que han llegado se han topado con una imagen muy diferente a la que esperaban apreciar, esto al presenciar la grave erosión que hay en diversos puntos de la costa, principalmente en puntos como El Recodo y las playas que se encuentran en la parte sur del hotel Grand Velas.
Más allá de las repercusiones negativas que la colocación de escolleras está ocasionando al medio ambiente y a las líneas costeras como es el caso de las colocadas por el hotel Grand Velas, y que se ven reflejadas en una marcada erosión y en la perdida de playas, lo anterior está generando que el turista se vaya con un muy mal sabor de boca, reconoció Luis N, prestador de servicios turísticos.
Tal y como se ha denunciado en ediciones anteriores, las escolleras colocadas por el hotel Grand Velas han provocado en consecuencia una disminución en el oleaje en la zona federal marítimo terrestre que le corresponde para contrarrestar la erosión de la arena de sus playas, pero en contraparte ha intensificado la erosión en las líneas costeras colindantes, al grado de dejarlas con enormes deslaves de arena y en el peor de los casos sin playas.
Lo anterior coincide con lo expuesto por ambientalistas y autoridades de la localidad en la materia, quienes han insistido de manera reiterada la importancia de que la autoridad federal impulse proyectos integrales de recuperación de playas que beneficien a todos y no solamente a unos cuantos, tal y como está sucediendo con el hotel Grand Velas, que prácticamente está jalando “agua para su molino”.
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