CHETUMAL, Q. ROO.- Debido a que se vende a un precio más accesible, se ha vuelto común que la ciudadanía adquiera agua en los dispensarios o plantas purificadoras casera, sin embargo, no todas cumplen con las normas mínimas de salud, alertó el director de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Miguel Ángel Pino Murillo.
De acuerdo con el funcionario, los Servicios Estatales de Salud (Sesa), a través de la Cofepris, realizan verificaciones periódicas con el objetivo de garantizar que los aproximadamente 700 establecimientos donde se distribuye agua para consumo humano, cumplan con las normas para evitar riesgos a la salud de los consumidores.
Dentro de las principales anomalías por las cuales han sido sancionadas, figuran el no contar el personal con tarjeta de salud, la falta de fumigación y sus bitácoras, y la falta del aviso de funcionamiento, entre otras.
Estamos pidiendo el apoyo a la ciudadanía que si detecta un mal olor o sabor o mal aroma de cualquier planta purificadora, reportarlo a Sesa o Cofepris para llevar a cabo la verificación y tener un padrón adecuado de todas las plantas purificadoras”, expresó.
Pino Murillo reiteró que la dependencia ofrece cursos gratuitos a los propietarios de estos negocios a fin de evitar en lo futuro sanciones o clausuras por no cumplir las normas sanitarias en sus instalaciones y operación.
Y es que debido a la crisis económica por la que atraviesan cientos de familias, algunas personas se ven obligadas a horrar comprando lo más barato, esto aun a sabiendas de que corren el riesgo de consumir productos antihigiénicos, como es el caso del agua purificada.
Al respecto, Cintia Adenice Medina Hijum, declaró que la situación económica actual para muchos no es buena, por lo que todas las personas buscan ahorrar lo más que puedan, por ello es que compra agua del expendedor porque le cuesta diez pesos menos que comprarla en el super o en una tienda, donde el precio oscila entre los 25 y 27 pesos por garrafón.
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