GUATEMALA.- Guatemala se encuentra atravesando por momentos difíciles, ya que este domingo fue el lugar donde el Volcán de Fuego hizo la mayor erupción de los últimos 40 años que ha dejado alrededor de 69 muertos y una cantidad enorme de desaparecidos.
Guatemala huele a azufre, a azufre caliente y el piso quema cuando caminas porque el domingo el piso era lava.
En las faldas de los volcanes se vive de la agricultura y del ganado. Son tres, el volcán de Agua, y enfrente, como siameses, el Acatenango y el que hizo erupción, el Volcán de Fuego.
De un lado está la ciudad colonial de Antigua, polo turístico con visibles cicatrices de los sismos y las erupciones del pasado.
Del otro está Escuintla, ruta comercial entre el puerto y la capital.
En medio, una preciosa carretera panorámica. La carretera de los volcanes que cruza las comunidades humildes de campesinos y pequeños ganaderos.
Es la columna vertebral fracturada que conecta a las comunidades de la tragedia. Aquí están acostumbrados a los rugidos del coloso de fuego. Pero no a sus ataques.
El domingo ante la furia del Volcán de Fuego, la gente salió corriendo despavorida porque sufrió una doble embestida.
La primera fue el río de lava, una avenida ardiente que arrasó a lo largo de 10 kilómetros desde el cráter del Volcán de Fuego. Encontró su paso en barrancas y valles, en las cuencas de agua y en las carreteras. Un flujo piroclástico como nunca antes lo habían visto.
El segundo fue una nube de humo tóxico. Rocas calientes, cenizas y gas. Avanzando a más de 100 kilómetros por hora, persiguiendo a los habitantes hasta asfixiarlos con veneno en los pulmones a 600 grados centígrados, el doble de un horno casero.
En una casa, la mitad sepultada por la ceniza, el olor a azufre, la arena que uno respira, y por dentro es un horno, es como cuando la acercas, no al fuego, pero sí a cierta distancia.
Las labores no han cesado a pesar de lo difícil que ha sido, el piso sigue caliente, hay partículas dañinas en el aire y las autoridades temen que siga habiendo derrumbes.
Sin embargo aún hay comunidades donde se necesita ayuda, no se sabe la cantidad, pero sí se conoce que muchas personas pueden estar bajo los escombros y en malas condiciones.
Pues mientras en uno de los hoteles más lujosos de la zona por sus campos de golf, el hotel La Reunión, avisaron con tiempo sobre la erupción del Volcán de Fuego, en las comunidades pobres los delegados de la comisión de emergencias actuaron tarde y mal.
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