CIUDAD DE MÉXICO.- Tras entrar por la reja Parque Lira de la Puerta 1, la familia Ávila, como la mayoría de los visitantes, se tomó una fotografía junto al asta decorada con un letrero de flores que dice: “Bienvenido, Pueblo de México a los Pinos”.
“Es algo novedoso que queremos aprovechar y ahorita que tuvimos una oportunidad de salir con la familia, venir a visitar los Pinos por primera vez. Es bastante bueno, bonito, se siente bien estar acá, con la bandera de México”, señaló Manuel Ávila.
Siguieron el recorrido, marcado por los voluntarios y algunos elementos de la Policía Militar. En cada jardín y espacio emblemático, los asistentes fueron recibidos con música clásica.
Así, descubrieron cada rincón disponible de las 60 hectáreas que componen el lugar en el que vivieron los presidentes de México, desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña Nieto.
“Me parece muy bonito, me parece agradable que nos permitan conocer lo que en mucho tiempo no pudimos conocer. Hay cosas que va encontrando uno en el recorrido, novedades, que uno ni siquiera se imaginaba”, aseguró Leticia Gómez.
La atracción principal, fue la Casa Miguel Alemán, residencia de la mayoría de los presidentes que vivieron en Los Pinos.
En el vestíbulo, bajo un candelabro de cristal, los visitantes fueron recibidos con un espectáculo de ópera.
Oscar, guía de turistas, recorrió emocionado la oficina del presidente, la recámara presidencial y el búnker del sótano, lugares donde se formaron las historias que, hasta el 30 de noviembre, tenía que contar desde afuera.
“Apenas podíamos pasar por afuera cuando todavía había guardias. La gente decía quisiera conocer al presidente, conocer donde vive. Se siente verdaderamente emocionante, maravilloso, entrar a un lugar donde pues mucha gente, la curiosidad, el conocimiento, el saber cómo se administraba, cómo mandaba el presidente, cómo descansaba en este lugar”, comentó Oscar Rojas.
Fue esa curiosidad, por la que la mayoría de los visitantes, hizo largas filas para conocer tanto la casa Miguel Alemán, como las casas Lázaro Cárdenas y Miguel de la Madrid.
Después, muchos se quedaron a pasear por los jardines y disfrutar la música que los sorprendía en cualquier lugar.
Los Pinos estuvo abierto desde las 10 de la mañana, hasta las cinco de la tarde.
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