El Bloqueo Económico contra Cuba impuesto por EU desde el 7 de febrero de 1962 es el más duradero de la historia y condenado quince veces por la ONU
LA HABANA, CU.- Un inmediato, atronador e inusual aplauso a una diplomática norteamericana, se escuchó en el plenario del 71 período de sesiones de Asamblea General de la ONU, cuando la embajadora norteamericana, Samantha Power, anunció que se su país se abstendría en la votación a la Resolución “Necesidad de ponerle fin al Bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”.
Ah, no obstante, según la diplomática, esto no significa que EU esté de acuerdo con lo planteado por la delegación cubana. “Pero la resolución es un ejemplo de que la política de aislamiento no funciona, porque en lugar de aislar a Cuba, aísla a Estados Unidos”, dijo.
Antes de señalar algunos tips de los dichos de la diplomática, que en varias oportunidades anteriores, respecto a Cuba, olvidó la finura, ahora evidentemente cumplió el encargo de su Presidente, Barack Obama, cuya política, ha sido un compendio de su “smart power”. A la postre, cargado de contradicciones, para apuntar a una guerra cultural y simbólica, que terminaría con la Revolución cubana, ni más ni menos.
Power interpretó el libreto Obama a la perfección. Simplificación despampanante y el contar historias – storytelling-, recurso exitoso del marketing político y la manipulación. Ni siquiera los medios de su propio país habían sintetizado con tantos detalles, la historia del médico internacionalista cubano Feliz Báez Sarria, que enfermó de ébola mientras ayudaba en África a tratar la pandemia en 2014.
Al mismo tiempo, las palabras de la diplomática son paradigmáticas, de cómo el bloqueo es un instrumento de presión para un cambio en Cuba, en beneficio de los intereses de Estados Unidos, tal como se entiende de la más reciente Directiva Presidencial de Obama.
En lugar de aislar han optado por iniciar un camino de diálogo porque reconocemos, dijo, que el futuro de la isla está en las manos de los cubanos, lo que mimetizan, porque son los cubanos que ellos han seleccionado los que deben “construir ese futuro”, algo admitido por ingenuos o mal intencionados.
Así que, el lector, no debe dejar de razonar a los argumentos para el bloqueo, que explicó la embajadora a nombre del Presidente. No apoyan los motivos que señala Cuba en sus alegatos, pues las medidas estadounidenses “se adscriben al derecho internacional”. Daría risa si el bloqueo no fuera un acto de genocidio, precisamente reconocido por los instrumentos legales de la Convención de Viena.
A continuación declaraba que han modificados en varias ocasiones las medidas impuestas y hoy añadían la primera abstención, abstenerse, remarcó, no significa que Estados Unidos esté de acuerdo con todos los planteamientos de Cuba.
Se vio en la necesidad de reconocer algunas de las áreas en las que Cuba, ha hecho avances para promover los derechos del pueblo, como la alfabetización y el derecho igualitario a la enseñanza de niños y niñas, sin embargo mantuvo la postura de su país de denunciar “violaciones a los derechos humanos”.
Pero, para poner la teja antes de que cayera la gotera, admitió que en la historia de Estados Unidos “por la que tenemos tantos motivos para orgullecernos”, hay también pasajes en los que se han violado los derechos humanos y que requieren una revisión.
Fuente: Cubahora.cu
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