MÉRIDA, YUCATÁN.- Investigadores de la iniciativa Gran Acuífero Maya culminaron la segunda fase de trabajo en la Zona Arqueológica de Chichén Itzá y sus alrededores, a fin de buscar las fuentes de agua que habrían sido clave para la fundación de la urbe maya.
El Proyecto Arqueológico “Localización y Estudio de las Fuentes de Agua Ancestrales de la Península de Yucatán” tiene como principal objetivo estudiar la relación entre los complejos arquitectónicos mayas de esa ciudad, la presencia de agua y la ubicación de cuevas y cenotes en un radio de hasta 16 kilómetros a partir del centro de Chichén Itzá.
La investigación representa un esfuerzo por aportar datos en torno a aspectos como la complejidad de su trazo, el origen de sus fundadores, sus cronologías, las causas de su posible colapso, la probable influencia del centro de México, y en general, el desarrollo sociopolítico de la urbe.
De acuerdo con la hipótesis del proyecto, existe una relación espacial entre los patrones de asentamiento del sitio arqueológico y las oquedades naturales existentes en la periferia, lo que sugiere que algunas edificaciones pudieron haberse construido intencionalmente sobre algunos cenotes.
El proyecto fue autorizado por el Consejo de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia y auspiciado por National Geographic Society, bajo el nombre de “Chichen Itza Underground”.
Estamos convencidos de que estos datos proporcionarán la mejor explicación de cómo fue diseñada la zona nuclear del sitio, lo cual, a su vez, tiene profundas implicaciones para la dinámica de la formación del patrón de asentamiento de la antigua ciudad. Muchos de los rasgos subterráneos conocidos necesitan urgentemente un nuevo estudio porque, con excepción de los cenotes Sagrado y Holtún, ninguno ha sido sometido a una investigación subacuática”, refirió el investigador Guillermo de Anda mediante un comunicado.
Para el investigador de la Universidad Estatal de California en Los Ángeles, James E. Brady entender la arqueología de las cuevas y cenotes es esencial para comprender mejor la cultura maya, porque están asociados con agua y el agua es el elemento más sagrado de su cosmovisión.
El doctor James Brady es pionero de la arqueología en cuevas mayas, marcó un hito con su investigación en la Cueva Naj Tunich, Guatemala, trabajo que prácticamente redefinió la forma de hacer arqueología en cavernas mayas.
Es codirector del Proyecto Chichén Itzá Subterráneo y asesor de un grupo de estudiantes de posgrado de la Universidad de California, quienes también participan en este trabajo arqueológico.
Guillermo de Anda es arqueólogo subacuático, especializado en el estudio de rituales mortuorios y funerarios en cuevas y cenotes, contextos que ha trabajado por más de 30 años. Es doctor en estudios mesoamericanos e instructor de buceo con más de 15 especialidades, incluida la de buceo en cuevas.
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